El Ministerio de Economía de la Nación tendría prácticamente cerrada una operación de canje de deuda por unos 9,8 billones de pesos, equivalente a los vencimientos de distintos títulos en pesos que se producirían entre abril y julio próximos, una noticia que desató una dura reacción de la oposición. El objetivo del canje es despejar los vencimientos de deuda en moneda nacional que se acumulan en los próximos meses para asegurar la tranquilidad de la economía en la campaña electoral.
Los detalles se terminarán de ajustar hoy al mediodía en una reunión entre el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, y los principales banqueros y ejecutivos de compañías de seguros en el Ministerio de Economía, según adelantó la prensa porteña. La especie indica que las entidades recibirían nuevos bonos emitidos por el Tesoro con vencimientos escalonados para 2024 y 2025 bajo dos modalidades: el 80% de los títulos ajustará por CER (inflación) y el 20% serán bonos duales, que brindarán cobertura ante un salto del tipo de cambio oficial. Estos últimos son claves para extender los plazos, ya que los inversores descuentan que tras las elecciones habrá un sinceramiento del valor del dólar.
La transacción estará acompañada de un decreto para llevar adelante además un canje de deuda dentro del sector público: es decir, que los bonos en pesos emitidos por el Tesoro que están en manos de la Anses, el Banco Central y otras reparticiones ingresarán automáticamente en la operación. Según fuentes oficiales la adhesión podría llegar al 80%, aunque el objetivo es llegar al 70%.
Según publicó el diario La Nación, el Gobierno busca postergar buena parte de los vencimientos que se acumulan entre abril y julio. “El diálogo existe y la voluntad de desatar este nudo también. Y eso es lo más destacado. Por suerte, una parte de la dirigencia parece comenzar a entenderlo”, adelantó un banquero al matutino.
Los grandes inversores vienen participando activamente en las licitaciones de títulos que lleva adelante el Gobierno: sin embargo, exigen tasas de interés cada vez más altas (hasta 119% anual en la última) y plazos más cortos. Las Paso se transformaron en una suerte de “pared” para la colocación de deuda, posiblemente por el recuerdo de la crisis que se desató hace cuatro años, cuando Alberto Fernández arrasó en las elecciones primarias.
Por eso, desde el Ejecutivo descuentan que habrá voluntad para adherirse al canje de deuda porque no sólo se trata de despejar el horizonte de vencimientos que debe enfrentar el actual Gobierno sino también permitirle a la futura administración que arranque más desahogada en materia de deuda en moneda local. El objetivo oficial sería lograr patear hacia el año que viene y parte de 2025 al menos el 70% de los vencimientos. Es un umbral que exigiría que del canje participen todos los entes públicos que tienen bonos en sus carteras de inversión (lo que se descuenta) y a ellos se sume un 20% de la banca privada.
Duras críticas de JxC por la maniobra
La alianza opositora Juntos por el Cambio (JxC) lanzó una dura crítica ante el canje de la deuda en pesos que está preparando el Ministerio de Economía, al asegurar que “supondrá un enorme riesgo para los argentinos porque podría desembocar en un salto inflacionario aún mayor”.
Para JxC, el ritmo en el que se endeuda el Gobierno es más dañino en cantidad que la deuda que se tomó en la gestión de Mauricio Macri -cuya mayor parte se tomó en dólares-.
Por eso, alertó que “el mencionado canje les dará a los bancos una opción que ningún inversor tiene: un ‘bono dual’ ajustado por inflación o devaluación y la posibilidad de vender todos los títulos al Banco Central en cualquier momento”.
Pese a que aún se desconocen los detalles del acuerdo, los legisladores del espacio alertaron que los bancos tendrían un “seguro de cambio” y que la deuda tendrá “vencimientos a diarios (…) hasta 2024”. “Díganlo sin vergüenza! Quieren que explote Argentina, no solo por especulación electoral contra el Gobierno. También hacen negocios”, les respondió por Twitter el director del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro), Sebastián Galmarini, quien consideró que “desean que no se paguen las deudas en pesos, se devalúe la moneda y se descontrole la inflación, al mismo tiempo que pierde valor el salario”.