La Reserva Federal estadounidense (FED) y algunos de los principales bancos centrales del mundo subieron de forma dramática sus tasas de interés durante 2022, lo que impactó en un recrudecimiento de la crisis de deuda en el mundo y US$ 650.000 millones en bonos y préstamos ya están en cesación de pagos (default) o lo estarán próximamente. Analistas dicen que es la mayor presión desde la crisis financiera de la “burbuja inmobiliaria” de 2008.
La prolongación de la guerra entre Rusia y Ucrania, con la alta inflación aparejada en países centrales como Estados Unidos, donde se registraron los valores más altos en cuatro décadas, motivó a que, primero la Reserva Federal de este país, y luego otros bancos centrales subieran sus tasas de interés. La FED realizó en total siete subas de tasas desde marzo, de 0,00% a 4,50%. El Banco Central Europeo (BCE) hizo lo mismo, en cinco oportunidades, donde aumentó tasas de operaciones de financiación de 0,25% a 2,50%, de depósito de 0% a 2,75%, y de facilidad de préstamo de 0,75% a 2%, el mayor nivel europeo desde fines de 2008.
La agencia Bloomberg estimó en un salto del 300%, los últimos 12 meses, la deuda estadounidense en default o en peligro de estarlo. Asimismo, señaló que importantes bancos del sector financiero subieron un 75% las provisiones por insolvencias en el tercer trimestre de 2022. Will Nicoll, jefe de inversiones en la firma británica M&G, advirtió que “dados los niveles de las tasas de interés, es muy difícil que el ciclo de defaults no siga su curso”.
Otro motivo de intranquilidad en EE.UU. es la cantidad de préstamos extendidos a empresas o personas, con un fuerte nivel de endeudamiento o con un mal historial de crédito, cerca de US$ 834 millones el año pasado, más del doble que 2007 (previo a la crisis).
Lo delicado de la situación afecta aún más a gobiernos de países de poblaciones con menores ingresos. El presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, advirtió que “Sólo en 2022 vencieron alrededor de 44.000 millones de dólares en pagos del servicio de la deuda bilateral y privada en algunos de los países más pobres”.