Sibongile Mani, de 32 años, es una estudiante sudafricana que se encontraba cursando en la Universidad Walter Sisulu en Mthatha, Cabo Oriental. Para poder asistir, la joven dependía de un plan social que le brindaba el gobierno.
Sin embargo, todo cambió cuando se dio cuenta de que, en lugar de recibir el monto de su beca alimentaria, le habían depositado por error una suma increíble: más de US$ 1.000.000. Pese a la equivocación, la chica decidió gastarlo en iPhones, ropa y fiestas.
“En un momento Sibongile estaba en dificultades, sin dinero y luchando, y al siguiente tenía un estilo de vida lujoso (…) Se volvió muy glamorosa con vestidos caros, joyas y bolsos, y pensamos que debía haber ganado la lotería”, comentó uno de sus compañeros de la facultad.
Mani había recibido 10 veces más de lo que le depositaban habitualmente y comenzó a tener una actitud derrochadora: renovó su vestidor con prendas de lujo, les regaló el último a iPhone a cada uno de sus amigos y aprovechó a ir a fiestas para pedirse las botellas de alcohol más caras.
A pesar de que la estudiante de contabilidad se encontraba viviendo un sueño hecho realidad, su privilegiado estilo de vida comenzó a llamar la atención. Al poco tiempo, fue descubierta por un recibo de caja en un supermercado que mostraba la fortuna que tenía en su banco y fue denunciada a la policía.
En 2017, fue detenida y acusada de robo y fraude, pero no fue hasta 2022 que recibió su condena: fue sentenciada a cinco años de prisión después de gastar más de US$ 60.000 en lugar de denunciar el error por parte de las autoridades administrativas del gobierno.
Ante la noticia, su abogado, Asanda Pakade, apeló argumentando que Mani no representaba un peligro para la sociedad, que no había buscado el dinero y que no era candidata para ir a la cárcel.
Luego de dicha declaración, dos jueces del Tribunal Superior acordaron suspender la sentencia de prisión de cinco años siempre que no cometa robo o fraude durante ese tiempo, aunque deberá realizar 14 semanas de servicio comunitario y someterse a asesoramiento.
“Ella está muy aliviada y muy feliz de no tener que ir a prisión y espera dejar todo esto atrás y empezar de nuevo”, comentó Pakade. A pesar de las causas en contra de la joven, la Justicia dictaminó que no debe devolver el dinero que gastó.