Tener un árbol navideño en casa puede mejorar mucho nuestra salud en general.
Se ha descubierto que, aunque sean artificiales, los arbolitos navideños pueden generar cambios positivos en nuestro organismo. Al respecto, un estudio publicado en 2018 en la revista Behavioral Sciences, explica que la exposición a un entorno natural, aunque sea ficticio, reduce el estrés psicológico.
La psicóloga Sonja Peterson-Lewis, profesora asociada de la Universidad de Temple en Filadelfia, explicó que “traer un poco de aire libre al interior nos afectaría positivamente”. La especialista indicó que los árboles naturales dan más beneficios que los de plástico, por el aroma relajante del pino.
La fragancia de los arbolitos navideños naturales posee terpenos, un producto aromático natural. También emiten acetato de bornilo y los terpenos alfa y beta-pineno, entre otros como limoneno, canfeno y alfa-felandreno, elementos muy beneficiosos para la salud.
“Tener un árbol de Navidad natural tiene una gran cantidad de beneficios para la salud mental, incluida una reducción de la ansiedad y la depresión”, argumentó Charlie Hall, profesor y presidente de Ellison en el departamento de ciencias hortícolas de la Universidad Texas A&M en College Station. “La gente tiende a ser compasiva ante la presencia de plantas vivas en la casa y, por supuesto, los árboles de Navidad encajan perfectamente”, dijo el experto.
Aunque siempre es mejor un árbol natural, los artificiales también mejoran la calidad de vida. “Un árbol artificial es mejor que ningún árbol”, dice el especialista. “La forma en que nos afectan puede depender no sólo de las propiedades químicas asociadas con los aceites de los árboles, sino también de los recuerdos, si los hay, que asociamos con el olor”, agregó.