Los métodos convencionales no son una opción para Olivia Bentley, una terapeuta sexual que se describe como un “cambio de vida” para sus clientes. Nacida en Boise, Idaho, y con 15 años de experiencia en la industria del sexo, la mujer se ha distinguido porque se involucra físicamente con sus clientes en la búsqueda de rejuvenecer matrimonios estancados. Su caso se ha vuelto viral.
Bentley emplea técnicas consideradas poco éticas por muchos, pero ella sostiene que son las parejas las que recurren a ella para que dé “demostraciones en vivo” de cómo avivar la llama de la pasión. “Las mujeres no siempre quieren participar, pero confían en mi habilidad para guiar a sus parejas”, explicó Bentley.
Ella aseguró que acumula ganancias anuales de medio millón de dólares. Además, se considera a sí misma como una “educadora de la intimidad”.
Aunque carece de certificaciones oficiales en asesoramiento sexual, posee un diploma en educación y años de experiencia en el “Moonlite Bunny Ranch” de Nevada, un burdel legal.
“Para que la experiencia sea fructífera, las mujeres deben sentirse seguras y cómodas. Mi cariño físico y emocional eleva el ánimo general y, a menudo, se traduce en maridos agradecidos”, dice.
Eso no significa que Bentley no tenga sus críticos. Algunos señalan el dilema ético de involucrarse físicamente con los clientes. También, cuestionan si realmente se está ofreciendo terapia o simplemente se desempeña como una trabajadora sexual.
La terapeuta argumenta que está abordando un problema persistente: “Sé que hay muchas relaciones sin sexo ahí fuera y que hay muchos hombres infelices”; su trabajo es un antídoto.
Olivia también ofrece consejos sobre fitness y nutrición a las parejas que la consultan, pues es importante para tener el libido.