El caso de Skye, la madre de Marley Enjakovic, de ocho años, fue bastante más duro que el de muchos, pero finalmente tuvo su insólita pero esperada solución.
Desde hacía más o menos cinco años, el niño tenía tos y problemas para respirar. Tenía dificultades cada vez que hacía deporte y, según su madre, sufría ataques de tos que podían durar horas. Durante estos cinco años visitó a varios médicos, pero ninguno pudo darle un diagnóstico acertado, mucho menos una solución para los problemas de su hijo.
La condición de Marley llegó a su peor momento en diciembre del año pasado, cuando debió ser ingresado de emergencia al hospital, debido a que tenía graves problemas para respirar.
Fue internado en terapia intensiva y después de años de diagnósticos incorrectos y frustración, los doctores pudieron descubrir qué le ocurría al pequeño.
Los médicos encontraron un juguete, una flor de plástico muy pequeña, incrustada en la tráquea del niño. Fue intervenido quirúrgicamente y se le extrajo el objeto.
Un programa local australiano pudo entrevistarlo y el pequeño expresó no haber sentido nunca el juguete trabado en su garganta, que era lo que le estaba provocando esa tos crónica que debió soportar desde los tres hasta los ocho años.
La madre explicó que los ataques de tos comenzaron luego de las comidas, pero con el tiempo se hicieron más frecuentes y podían durar horas y horas sin parar. Expresó también que la situación estaba comenzando a asustarla realmente. Algunos doctores le dijeron que su hijo tenía asma, pero ella sabía que se trataba de algo más, pues los ataques de tos seguían apareciendo después de comer o tomar algo.
La madre agregó: “Me quedé totalmente sorprendida, pero también muy aliviada porque después de todos estos años por fin tenía una respuesta. Mi principal preocupación en un momento era pensar que había nacido con esa condición.”
Bastante aliviada de encontrar la solución al problema de su hijo, la madre cerró: “Si hubiera nacido con ese problema, tendríamos otros inconvenientes. Pero saber que todo era causado por algo externo es un pequeño alivio para mí. Mi mensaje para otros padres es que, si sienten que hay algo mal con sus hijos, sigan buscando hasta encontrar respuestas. Estoy muy contenta de haberlo hecho porque eso significa que hoy lo tengo conmigo”.