Juan tenía 12 años y estaba en el medio del campo con su caballo cuando, según dijo en un documental, vio un ovni. Historias de personas que dicen haber visto ovnis hay muchas, pero Juan contó que se subió al objeto volador y tuvo contacto con uno de los tripulantes de la nave.
“Era como una casilla, pero con una cúpula alta y redonda. Quise entrar. Se prendieron como unas luces de muchos colores y como el caballo tenía miedo lo até a una escalera enorme que salía, que recuerdo que era gris y estaba muy fría”, contó.
La denuncia del hombre es más grave, ya que asegura que dentro del ovni quedó su perro, a quien describió como su “mejor amigo”. En su momento, dijo que la experiencia fue “traumática” y aseguró que el episodio le cambió la vida. Pero lo más llamativo ocurrió después, cuando se enteró de la historia de su madre.
El caso de la mamá de Juan Oscar Pérez ocurrió el 6 de septiembre de 1978, cuando era una niña de apenas 12 años y caminaba por el campo con su perro ovejero. “Era su compañero, su hermano”, contó Juan. Una misteriosa luz proveniente de una nave iluminó el cielo y se llevó al ovejero.
La experiencia marcó tanto la vida de la familia santafesina que desde aquel momento tuvieron un especial contacto con los animales. Hoy tienen 36 perros en el campo y la mamá de Juan Pérez no fue la misma desde ese episodio.
Según contó el hombre nacido en Venado Tuerto, su madre tiene premoniciones. “Tiene una percepción especial”, dijo. Esa percepción se notó hace algunas semanas, cuando aseguró que a su nieto Nicolás le había pasado algo. “Está sangrando Nico”, dijo la mujer. Pocos minutos después recibió un llamado de su cuñada advirtiéndole que algo había pasado.
Pero aquella no fue la única experiencia que tuvo la mujer con Ovnis. Hace poco tiempo, una luz iluminó el cielo del campo y se veía un intenso resplandor. Juan contó que su madre se metió adentro de la casa, desesperada ante la posibilidad de tener un nuevo contacto con estos “seres”.
Desde otro ángulo de la escena, una hermana de Juan contemplaba, atónita, cómo un perro le ladraba a la nave que flotaba a cuatro metros del suelo. Desde ese día, el animal nunca volvió a su casa.