Los estudios de los grandes acontecimientos históricos no reflejan las historias humanas que sufren los coletazos de esos cambios, personas que se separan de sus amores o que huyen en busca de una mejor situación. Algo de eso tiene Poema del mar” (URSS, 1958) de Yuliya Solntsev, una película que intenta ofrecer la construcción de un nuevo futuro, luego de la Segunda Guerra Mundial. El filme se proyectará hoy a las 20:30, por la sala virtual del cineclub La Quimera disponible en su sitio web (www.laquimera.wordpress.com), con acceso gratuito.
La esperanza prometida viene de la mano de varias historias de ciudadanos soviéticos que se interconectan entre sí. Los recuerdos de los viejos, los sueños de los jóvenes y los residuos de clase se mezclan y chocan”, anuncia el resumen de esta cinta de 108 minutos de duración.
La película implica una ruptura con el pasado, que para seguir adelante debemos destruir necesariamente algo que forma parte de nosotros mismos. En este caso, este punto es el regreso a los hogares de los protagonistas a sus pueblos donde vivieron toda su vida. Ese breve retorno a los lugares de la infancia de los personajes supone, también, un enfrentamiento con la idea de un pasado que ya no es posible y que no podrá ser comprendido.
El punto de partida es la construcción de una presa sobre el río Dnieper que provocará que un poblado se inunde y que, por lo tanto, sus habitantes marchen. Algunos antiguos habitantes que emigraron hace tiempo regresan, como un general con su pequeño hijo, mientras que entre algunos de los implicados en el proyecto surgen algunos conflictos”, se detalla en la descripción de la película.
En la editorial que publica La Quimera en su sitio web se comenta que Solntseva trabajó en varios proyectos con su marido, el cineasta ucraniano Alexander Dovzhenko. Las búsquedas de la directora se desarrollaron bajo el auspicio de continuar con el legado de su marido. Como resultado de su reputación en un mundo hambriento de cine de autor, su figura languideció a la sombra de Dovzhenko. Sin embargo, su singular destreza como directora fue continuamente promovida por reconocidas personalidades como Jonathan Rosenbaum y Jean-Luc Godard”, se detalla.
Solntseva junto a Dovzhenko produjeron, a lo largo de su vida matrimonial, más de 20 películas, algunas de ellas son filmes de propaganda”, que se tratan el significado del cambio revolucionario, pero que también daban prioridad a la belleza y la poesía, cimentando firmemente su trabajo en el terreno de los visionarios líricos.