A sus 61 años, el emblemático escritor Juan Forn falleció el domingo en su casa de Mar de las Pampas. La noticia fue confirmada por sus familiares que aseguraron que el editor sufrió un infarto.
Forn nació el 5 de noviembre de 1959, en Buenos Aires pero desde niño mantuvo un fuerte vínculo con nuestra provincia.
A fines de los ’80, publicó Corazones cautivos más arriba” (1987), su primera novela. Pero fue en los ’90, que el artista se convirtió en una de las figuras representativa de una nueva generación, que era integrada por junto a Rodrigo Fresán, Cristina Civale, Marcelo Figueras o Charlie Feiling, entre otros, que rompió con los estereotipos impuestos del deber ser de un escritor en nuestro país. Este grupo de intelectuales fue conocido como Los Rockeritos”, por su asimilación del lenguaje y los modos de vida de muchos de los músicos de ese movimiento, con los cuales solían compartir salidas y tertulias nocturnas”, explica la agencia de noticias Télam.
Reconocido por sus libros tales como: Nadar de noche” (1991), Frivolidad” (1995), María Domecq” (2007), entre otros, el editor estuvo a cargo de Biblioteca del sur”, de la editorial Planeta, una de las colecciones más emblemáticas de la Argentina. Además, estuvo a cargo del suplemento cultural Radar”, de Página 12 en 1996 donde trabajó 6 años, y fue director de la colección Rara Avis de editorial Tusquets.
También, el literario descubrió a grandes narradores como Rodrigo Fresán, Mariana Enriquez o Camila Sosa Villada. Esta última, contó en una entrevista para Hoy Día Córdoba que el editor le tenía fe” a su libro Las Malas” y que estaba convencido de que iba a funcionar bien”, pero que ella no se lo imaginaba: Me puse a escribir con muy poca disciplina, con la que escribo habitualmente… cuando tuve treinta páginas y se las mande a Forn que me había dicho que me quería publicar. Después de que lo leyó me dijo: ‘sabías que eras de verdad, vamos para adelante. Seguí escribiendo’.Tal vez si no hubiese tenido la mirada de Juan el libro hubiese sido menos legible, quizás por como escribimos las travestis”, había manifestado en aquella oportunidad.
La literatura logró una sobrevida increíble con la computadora y con las redes. Porque la gente estaba perdiendo el lenguaje escrito. La relación con la palabra escrita era cada vez más básica, tosca, ocasional. Y ahora todos los pibes escriben. Por ejemplo: mi hija tiene una pandilla de amigos en Gesell que hacen freestyle. Vos te das cuenta de que eso es algo vivo. O la manera que tienen catastrófica para contar algo. Pero hay una disponibilidad de medios en donde el bichito de la lógica literaria, la fascinación con el sobreentendido, por ejemplo. La posibilidad de combinaciones por el lado de los sonidos, por el lado de lo visual y por el lado de lo escrito es infinita. Yo practico un arte casi difunto, o en extinción”, comentó hace tiempo atrás el escritor cuando habló de su trabajo.
Juan Forn será recordado por su escritura intensa, soberbia, delicada y sensible, que quedó plasmada en cada uno de sus libros y columnas.