En un entorno laboral donde las largas horas frente a la pantalla se han vuelto la norma, cada vez más empresas incorporan prácticas que buscan contrarrestar el impacto físico y mental de la rutina. Entre ellas, el yoga corporativo se posiciona como una opción accesible, flexible y efectiva.
Para conocer más sobre esta práctica, conversamos con la instructora de yoga y licenciada en Psicología, Laura Gauna, quien dicta clases en empresas de Córdoba y en su barrio de Mendiolaza. En diálogo con Hoy Día Córdoba, Laura explicó que el yoga en la oficina funciona como una “forma simple pero poderosa para resetear”:
“Hoy en día, la mayoría de los trabajos contemporáneos nos exige pasar muchas horas frente a la computadora, en una misma posición durante gran parte del día. Esa rutina sostenida genera rigidez, tensiones físicas y mentales, cansancio y estrés. Incorporar yoga en la oficina ayuda a contrarrestar ese efecto. Con solo unos minutos de respiración profunda y movimiento consciente, le damos una señal al cerebro para que baje las alarmas, las barreras, y entienda que estamos a salvo”, detalló.
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Este efecto, según la instructora, es clave para que las personas retomen sus tareas con mayor enfoque, menor reactividad y mejor predisposición, incluso si se realiza brevemente al comienzo o a la mitad de la jornada laboral.
También observó que, con el tiempo, algunas personas aprenden a usar la respiración profunda como herramienta de regulación emocional, incluso durante situaciones conflictivas. “Estas cuestiones, a largo plazo, mejoran la productividad y el bienestargeneral en el trabajo”, aseguró.
Un problema estructural: estrés y sobrecarga laboral
Un relevamiento reciente de la consultora ADECO, realizado en abril de este año, reveló que el 65% de los trabajadores sufre de estrés laboral, una problemática silenciosa pero en aumento. Entre las principales causas, se destacan el exceso de trabajo (44%), la falta de apoyo por parte de líderes (43%) y la asunción de tareas sin reemplazo adecuado (42%).

Este contexto eleva el riesgo de desarrollar síndrome de burnout, con consecuencias como ansiedad, depresión, trastornos del sueño e irritabilidad, afectando directamente el rendimiento y la salud de los equipos.
Frente a este panorama, las pausas activas y las prácticas corporales breves como el yoga, ganan valor como estrategias de cuidado y prevención dentro del horario laboral.
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Accesible, adaptable y sin requisitos previos
Una de las principales ventajas del yoga en entornos laborales es su versatilidad. “El yoga es para todos los cuerpos. En los espacios de trabajo me encuentro con personas de todas las edades, con experiencia o sin ella, y se adapta a cada una”, remarcó la instructora.
A diferencia de las clases convencionales, el objetivo en oficinas no es realizar posturascomplejas, sino “crear un momento diferente al resto del día”, que permita al cuerpo y la mente salir del modo automático.

“Idealmente usamos un espacio cómodo y ventilado para movernos, pero incluso eso puede adaptarse. En una de las oficinas donde trabajo, corremos sillas y escritorios para crear lugar. Bajamos un poco las luces, quienes tienen llevan su mat (esterilla) o yo llevo los míos desde casa para prestar. También se pueden hacer prácticas directamente en las sillas de escritorio. El yoga se adapta”, señaló.
Impacto tangible en poco tiempo
A pesar de que las sesiones en empresas suelen durar entre 30 y 45 minutos, la instructora asegura que el efecto se percibe de inmediato: “Es muy gratificante ver cómo las personas se permiten ese momento en medio de sus responsabilidades. Es notable el cambio de cómo entran a la práctica y cómo salen: la expresión de sus caras, la postura corporal y hasta el ambiente general del espacio de trabajo”.
Este tipo de iniciativas no solo promueven el bienestar individual, sino que también generan mejores climas laborales, mayor concentración y vínculos más empáticos entre los equipos.

Recomendaciones prácticas para empezar con yoga en la oficina
La práctica de yoga requiere un acondicionamiento sencillo y cada persona puede regular la actividad a partir de sus necesidades. Algunas de las recomendaciones para quienes empiezan con yoga en la oficina son:
- Probar con 10 minutos de respiración y estiramientos suaves.
- Buscar un espacio con luz natural y poco ruido.
- Usar sillas como soporte para posturas simples.
- Hacerlo en grupo puede generar más constancia.