Pasaron los Oscar en una gala sin presentador y luego de muchos ires y venires por parte de la Academia de Hollywood por algunos detalles finos que hacen a la grandeza de la gala. Ejemplo de eso fue la iniciativa de entregar cuatro premios durante las pausas televisivas (entre ellos montaje y fotografía) que provocó el enojo de algunos de los miembros de la institución más importante del cine. Finalmente se decidió entregar todos los premios ante las cámaras. También quisieron otorgar un Oscar popular y tuvieron que echarse atrás.
La ceremonia estuvo algo entrecortada por los extensos discursos de los ganadores y las intervenciones de quienes entregaban los premios, pero hubo algunos momentos para destacar como la actuación de Lady Gaga y Bradley Cooper. Los protagonistas de “Ha nacido una estrella” subieron al escenario tomados de la mano e interpretaron “Shallow”, tema por el que la cantante pop recibió el premio a Mejor Canción. Gaga se emocionó hasta el llanto y expresó: «Esto es un trabajo duro. He trabajado duro durante mucho tiempo y no se trata de ganar. De lo que se trata es de no rendirse. Si tienes un sueño, lucha por él. Hay una disciplina para la pasión, y no se trata de cuántas veces te rechazan o te caes o te golpean. Se trata de cuántas veces te levantas, eres valiente y sigues adelante».
Esta actuación fue la más esperada en la previa de la gala, incluso mucho más que la de Queen que abrió la noche. El conjunto inglés, más el cantante Adam Lambert, interpretó dos de las canciones más destacadas de la banda: “We will rock you” y “We are the champions”. Sin embargo no emocionó mucho y dejó mucho que desear. Al menos, los asistentes se pusieron de pie al finalizar para aplaudir a los grandes de la música internacional.