Tomás «Toto» Kirzner confesó el fin de semana que padeció dos episodios de abuso sexual siendo un niño de siete años. Fue en el programa PH: Podemos Hablar, conducido por Andy Kusnetzoff.
Hay un Toto de siete años al que en determinada situación le hubiese dicho: ‘No hace falta ver a tu amigo hoy, lo podés ver otro día’. Le insistiría en que lo puede ver mañana o esperar unos días más”, expresó el joven de 23 años.
Y continuó: No sé ni cómo se dice ni cómo se anuncia. Mi familia lo sabe, por supuesto. Lo que sucedió fue que en dos oportunidades abusaron de mí”.
«Soy una persona muy ansiosa, todo lo quiero ahora y ya. Aquel día, con siete años, quería ir a la casa de mi amigo que vivía por zona norte como mi familia y yo. En el barrio estaba laburando una persona a la que yo no había visto tanto. Estaba empecinado con llegar a la casa de mi amigo cuando me lo encuentro a él, que lo tenía de vista por haberlo cruzado en un par de oportunidades. Estaba con un rastrillo del lado de la calle y me empezó a hablar. No sé por qué, pero en un momento sentí que se empezó a oscurecer todo y yo me quería ir. Me empecé a alejar, él lo empieza a notar y finalmente ocurre. No voy a entrar en detalles porque es horroroso”, remarcó.
La primera en enterarse de lo ocurrido, contó el actor, fue su madre, Araceli González. «Salió repentinamente. Estaba mirando el noticiero con ella y con Fabián (Mazzei) y me empieza a agarrar un ataque de pánico. Ahí mi vieja sola me dice: ‘¿te pasó algo a vos?’. Y le conté”, recordó.
La misma Araceli se refirió hoy a la situación con una sentida carta publicada en sus redes sociales: «No puedo dormir. Todo salió a la luz, hace un año! El encierro provocó distintos estados que nos fue llevando a ser más honestos , genuinos en nuestro accionar y sentir. Si hay algo que aprendí en estos años es acompañar y construir . Es lo que nos salva !!!!!!!!!». Fundamentalmente el amor. Nada como el amor ante distintas adversidades y vivencias. Todos caminamos con marcas de la vida. Pero lo más importante es trabajar cada una de ellas para convivir con ese dolor y transformarlo. Nos construimos incluso con esas marcas. Seguimos caminando, sanando y amando con pasión sin perder nuestro aire y espacio! Teniendo piedad por el otro y respeto», reflexionó González.
«Ser víctima de un abuso verbal o físico , debe ser cuidadosamente abordado. Repito por la Salud mental de cada ser humano. Hay muchas formas de ser víctima. No importa el sexo o la edad. Que hacemos con esto? Juzgamos , levantamos el dedo, opinamos y nos olvidamos del tránsito doloroso y del camino hecho , trabajado desde la raíz cada estado de angustia. Los dolores son intransferibles», remarcó además.
Y continuó: «La valentía de denunciar desde lo trabajado tiene un valor de logro! Modificar siempre con la verdad y denunciar desde lo construido. Acá hay mama, acá hay amor, acá hay nido, acá hay familia, acá hay vida! Sobre todas las cosas vida! abrazar los corazones dañados por abuso de cualquier tipo. Mi valiente y sensible: hablo. Pido respeto».