En la temporada navideña, Vin Diesel enfrenta una situación legal inesperada. Su ex asistente, Asta Jonasson, ha presentado una demanda alegando un ambiente laboral hostil y un presunto ataque sexual hace 13 años, durante la filmación de «Rápidos y furiosos».
La demanda fue presentada en el Tribunal Superior de Los Ángeles y detalla un incidente ocurrido en 2010. Jonasson fue contratada como asistente de Diesel para la producción de «Rápidos y Furiosos 5» en Georgia, acusándolo de crear una situación humillante en un hotel.
El documento expone que su trabajo incluía mantener cercana proximidad física a Diesel durante eventos sociales en ausencia de su novia, presuntamente para evitar especulaciones de infidelidad.
Asta relata que, estando en el St. Regis en Atlanta, Diesel ignoró su negativa y la atacó sexualmente en una habitación, alegando que la inmovilizó, la besó, tocó sus pechos y la forzó, a pesar de su resistencia, destacando la corpulencia y el poder como empleador del actor como facilitadores del supuesto ataque.
La denuncia detalla una agresión intensa por parte de Diesel, quien presuntamente intentó desnudarla y se masturbó mientras ella estaba contra la pared. Jonasson afirma haber cerrado los ojos para desconectar durante el traumático evento.
Asta alega que al día siguiente, Samantha Vincent, hermana de Diesel y presidenta de One Race Films, la despidió, justificándolo como un «pasatiempo», supuestamente debido a la resistencia opuesta durante el incidente.
La demandante, motivada por el movimiento #MeToo, denuncia también a Vincent y a la productora, vinculando su acción a la revelación de abusos en la industria del entretenimiento.
Los demandados incluyen a Vin Diesel, su hermana y One Race Films por agresión sexual, despido injustificado y ambiente laboral hostil. Jonasson busca una compensación económica por violación y daños punitivos no especificados.
La defensa de Diesel, a través del abogado Bryan Freedman, niega rotundamente las acusaciones, afirmando que es la primera vez que el actor escucha estas afirmaciones de más de una década por parte de un supuesto empleado de corto plazo, sosteniendo que existen pruebas que contradicen las acusaciones.