El Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) del Centro de Almaceneros de Córdoba registró el mes pasado una inflación de 1,72%. El índice es el más bajo desde mediados de 2020, cuando el país atravesaba el aislamiento por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, los datos muestran que el consumo sigue estancado.
El 57,9% de los hogares relevados no puede cubrir adecuadamente la Canasta Básica Alimentaria, y casi un 90% necesitó financiar su alimentación, con tarjeta de crédito (24,2%), pidiendo fiado (36,7%), y con dinero prestado (7,5%). A eso se le suma la dependencia de la asistencia social para alcanzar el consumo mínimo, como la Asignación Universal por Hijo o la Tarjeta Alimentar.
Las encuestas realizadas por el IETSE, evidencian que el poder adquisitivo de las familias no logró recomponerse. En el cuarto mes del año, la Canasta Básica Total, que determina la línea de pobreza, alcanzó los $ 1.445.530. Mientras que, la Canasta Básica llegó a los $ 772.602.
A su vez, la inseguridad alimentaria y la necesidad de recurrir a estrategias extremas para acceder a los alimentos continúan afectan a una proporción significativa de la población: 49,5% de los hogares debió suspender al menos una comida diaria, el 30,1% reportó que algún integrante sintió hambre y no pudo satisfacerlo y el 19,6% se quedó sin alimentos en algún momento del mes.
Según el informe, la inflación acumulada de este año es de 13,4% y la comparación interanual revela un aumento del 44,7%.
La Canasta Básica Alimentaria subió 2,27% en Córdoba y una familia necesitó $ 488.000