El Ministerio de Salud de la Nación se enfrenta a una grave crisis interna tras una serie de despidos y renuncias que han diezmado áreas esenciales, como la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI). Esta situación, que se agudiza en medio de un brote de sarampión, pone en riesgo la salud pública y genera incertidumbre sobre la capacidad del país para responder a emergencias sanitarias.
Desmantelamiento de la DiCEI
La DiCEI, encargada de garantizar la seguridad y calidad de las vacunas, coordinar acciones ante brotes y asegurar la accesibilidad en todo el país, ha sido fuertemente golpeada. En un mes, se despidió al 30% de su equipo, seguido de una ola de renuncias masivas. Actualmente, solo tres profesionales permanecen al frente de esta dirección estratégica.
Impacto del ajuste: La gestión del Ministerio de Salud, bajo la dirección de Mario Lugones, implementó un ajuste drástico que afectó principalmente a las áreas de vacunación y enfermedades inmunoprevenibles.
Fuga de cerebros: Entre los despedidos se encuentran expertas clave en sarampión y hepatitis A, cuyo papel en la coordinación y monitoreo de brotes era fundamental. Esto provocó renuncias en solidaridad y por el malestar ante la imposibilidad de trabajar en un Ministerio que, según denuncian, ha abandonado sus funciones esenciales.
Preocupación por el futuro: Carolina Selent, infectóloga renunciante, expresó su preocupación por la falta de reemplazos adecuados en áreas críticas como la vigilancia de hepatitis A, sarampión y coqueluche, enfermedades que están resurgiendo en el país. En diálogo con radio Re FM 107.3, la infectóloga señaló:
«El ministro de Salud en vez de tomar el reclamo salió a decir que defendíamos nuestros privilegios y teníamos salarios por debajo de la canasta básica»
El sarampión, enfermedad que se había dado por erradicada, ha resurgido con fuerza en varias provincias, incluyendo Buenos Aires, donde ya se confirmaron los primeros casos. Expertos señalan que el brote se dispersó debido a la falta de un bloqueo efectivo. La situación es alarmante, con bajas coberturas de vacunación y falta de personal capacitado, lo que complica aún más el panorama.
Nathalia Katz, otra infectóloga despedida, denunció que el gobierno está retrocediendo más de 15 años en el avance logrado con el registro nominal de vacunación, un sistema de referencia en América Latina.
¿Privilegios o Inversión en Salud Pública?
El Ministerio de Salud justifica los recortes argumentando que se busca «terminar con privilegios y curros». Sin embargo, los profesionales de la salud, que en su mayoría trabajaban por salarios bajos y con vocación, defienden su renuncia como un acto de ética médica y responsabilidad cívica.
Carta abierta: En una carta abierta, los profesionales afirmaron que no podían seguir siendo parte de un Ministerio que no cumple con sus obligaciones básicas. «La salud pública no es un gasto: es una inversión en la vida y el bienestar de toda la sociedad», sentenciaron.
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A medida que los brotes de sarampión, hepatitis A y otras enfermedades aumentan, el sistema de vacunación enfrenta un desafío sin precedentes