La teoría del gran impacto plantea que la Luna se originó como resultado de una colisión entre la joven Tierra y un protoplaneta del tamaño de Marte llamado Theia.
Tras el choque, se generó la dispersión temporal de elementos químicos, magma y globos de gas, que luego pasaron a formar los cuerpos que se conocen actualmente como la Tierra y la Luna.