Una de los aspectos que suele apreciarse en algunos felinos como los gatos, es que tengan un ojo de diferente color. A esta condición se la denomina heterocromía felina y puede presentarse de dos formas en función de si es completa y afecta al ojo entero o si es parcial (o sectorial) y lo que varía es el iris, que manifiesta dos colores.
Ambos procesos no influyen en la visión del animal ni en su salud ocular. Tampoco en la auditiva, a pesar de que muchas personas consideran que este cambio de color tiene consecuencias en la calidad auditiva. No afecta a la salud general del felino, salvo si la alteración se produce cuando es adulto. En este caso, podría ser síntoma de alguna enfermedad o de una inflamación del ojo. También hay que valorar el color del iris, puesto que, si la diferencia de pigmentación va acompañada de la presencia del iris blanco, es probable que el cambio de color se deba a un problema serio, como un glaucoma, que sí afecta a la visión del felino.
De esta manera, si el cambio de color se produce desde que son pequeños o tienen una edad temprana (en torno a la semana 12 de vida) no debemos preocuparnos ya que se trata de una alteración cromática que afecta a un pequeño porcentaje de felinos y que no tiene mayor incidencia en la vida de la mascota.
Pero ¿por qué se produce y a qué razas afecta?
La mayoría de los expertos sostienen que la heterocromía tiene un origen genético y está asociado al pelaje de la piel. No deja de ser un problema de pigmentación ocular que se evidencia entre las semanas 7 y 12, que es cuando suele cambiar el color de los ojos del gato y aparecer el que será el definitivo.
Con respecto a las razas, hay algunas que son más propensas a experimentar este fenómeno. los gatos balineses, los birmanos, los javaneses, los tonkineses y la raza Himalaya y Persa son felinos que suelen presentar una mayor predisposición a tener un ojo de cada color.