BOGOTÁ.- El gobierno de Iván Duque suspendió la mesa de negociaciones para la paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que había instalado su antecesor, Juan Manuel Santos, luego del atentado registrado el jueves pasado en la principal escuela de policías de Bogotá, que hasta el momento dejó 21 muertos y 68 heridos.
El gobierno conservador de Duque endilgó el atentado terrorista al ELN sin que la organización hubiera reivindicado hasta anoche su autoría, y anunció el rompimiento de cualquier tipo de posibilidad de diálogo con la guerrilla más fuerte del país tras el desarme y conversión política de las FARC. También, anunció la reactivación de las ordenes de captura contra los miembros de esta organización que venían actuando como negociadores de un acuerdo de paz: el propio Duque reclamó a Cuba que entregue a los diez guerrilleros del ELN que desde La Habana trabajan para sentar esa mesa de diálogo, congelada desde su llegada al poder. Sin embargo, desde la isla rechazaron la presión al recordar que los protocolos de la negociación impiden que los países garantes del diálogo entreguen a los negociadores.
La situación deja a Colombia al borde de un resurgimiento de la violencia política, cuando se espera que la dirigencia del ELN rechace o reivindique la autoría del atentado, el más grande ocurrido desde el pacto de paz sellado con las FARC en 2016. Un integrante de la llamada Gestoría de Paz del ELN anticipó desde Cuba que pronto emitirán un comunicado, aunque adelantó que “es cultura nuestra decir y actuar en correspondencia a la verdad”.
Por su parte, Duque tensionó la cuerda ayer al encabezar una multitudinaria manifestación en repudio al ataque (ver Multitudinaria…), lo que fortalece las especulaciones sobre la utilización política del conflicto.
“Romper los diálogos de paz siempre implica un nuevo ciclo de violencia. Eso lo conocemos en Colombia hasta la saciedad. Reiteramos que el único camino que ha demostrado superar el conflicto armado es la solución política. Pedimos al Presidente que reconsidere su decisión, y a la delegación de paz del ELN que a la mayor brevedad se pronuncie con relación al atentado criminal perpetrado el pasado 17 de enero”, alertaron los congresistas Iván Cepeda y Alvaro Leyva, dos de los principales gestores de la paz lograda con las FARC. El propio partido político de la ex guerrilla revolucionaria reclamó en un comunicado al Gobierno que “no se deje llevar por la histeria guerrerista y las soluciones militaristas” y que busque la paz por la vía del diálogo. Todo indica, sin embargo, que ese camino está más lejos que nunca.
Multitudinaria marcha contra la violencia
BOGOTÁ.- El repudio a la violencia unió ayer a miles de colombianos que salieron a las calles de las principales ciudades del país a repudiar el atentado ocurrido el jueves en la capital del país. Convocada por organizaciones de la sociedad civil, la manifestación fue encabezada por el presidente Iván Duque que participó de la ceremonia de cierre en Bogotá, en la catedral de la Plaza Bolívar. “Hoy Colombia se une como país y hoy acompañamos esta iniciativa cívica para rechazar la violencia y decirle al mundo que Colombia unida es invencible”, manifestó allí Duque. La marcha, que contó con la participación de líderes de la oposición (entre ellos el antecesor de Duque, Juan Manuel Santos), tuvo una respuesta multitudinaria en un país históricamente poco acostumbrado a manifestar sus reivindicaciones en la calle y muy polarizado en torno al proceso de paz.