BRUSELAS.- El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, salió a poner ayer estrictas condiciones a la primera ministra británica, Theresa May, para conceder una segunda prórroga del Brexit, al asegurar que sería concedida siempre y cuando el Parlamento británico apruebe el Acuerdo de Retirada del bloque continental antes del 12 de abril. Si se cumple esa condición, “la Unión Europea debería ofrecer una prórroga hasta el 22 de mayo”, señaló Juncker en el pleno del Parlamento Europeo realizado en Bruselas.
La oferta llega un día después de que la primera ministra británica anunciase su intención de solicitar un nuevo aplazamiento del Brexit para buscar un pacto con la oposición laborista que permita aprobar el Acuerdo de Salida, rechazado ya tres veces por amplia mayoría en la Cámara de los Comunes. May comenzó ayer mismo la ronda de contactos con la oposición laborista para buscar un acuerdo parlamentario que evite el callejón sin salida al que se encamina el país, que cada día se estrecha un poco más.
Sin embargo, la condición fijada por el presidente de la CE para conceder la prórroga recorta dramáticamente el margen de maniobra de la primera ministra para llegar a un acuerdo con los laboristas. Ayer, May se reunió con el lider opositor Jeremy Corbyn, en una cumbre que si bien ambos consideraron “constructiva”, no pudo exhibir resultados. “Las negociaciones han sido constructivas. Ambas partes hicieron gala de buena flexibilidad y se comprometieron a poner fin a la incertidumbre actual en torno al Brexit” declaró un portavoz de la dirigente conservadora, que precisó que se acordó crear un programa de trabajo para “proteger el empleo y la seguridad” de los británicos. “No ha habido tanta evolución como esperaba” aclaró sin embargo Corbyn, quien añadió que las discusiones continuarán hoy.
El postergado diálogo con la oposición radicaliza además las críticas contra May, incluso en su propio partido. Por caso, el diputado conservador Jacob Rees-Mogg, líder el principal grupo euroescéptico en Parlamento, lamentó que el futuro del Brexit quede en manos de Corbyn, “un marxista notorio”, consideró. Dos secretarios de Estado renunciaron además ayer a sus puestos: Chris Heaton-Harris, que estaba al cargo de los preparativos para una eventual salida sin acuerdo de la UE, afirmó no poder “apoyar una nueva extensión”; mientras que Nigel Adams, secretario de Estado para Gales, dijo en una carta pública de dimisión que “May está cometiendo un grave error”.
El tiempo conspira contra la primera ministra. El próximo miércoles 10 de abril, la UE celebrará una cumbre extraordinaria para llegar a un veredicto final sobre el Brexit. Tras la advertencia de Junker, si May no logra pactar una mayoría parlamentaria para aprobar el Acuerdo de Retirada, su Gobierno quedará entre la espada y la pared: deberá elegir entre una salida violenta o una prórroga muy larga sujeta a condiciones que no maneja y con riesgo de postergar indefinidamente el Brexit.