Un conjunto de extraordinarios artefactos y restos hallados cerca de la Isla del Sol, en el lado boliviano del lago, indican que la religión organizada surgió en la región mucho antes de lo que se pensaba. “La gente suele asociar la Isla del Sol con los incas porque fue un sitio importante de peregrinaje para ellos y dejaron allí edificios ceremoniales y ofrendas”, señaló el arqueólogo boliviano José Capriles, profesor de antropología de la Universidad Estatal de Pensilvania en Estados Unidos.
Capriles es uno de los autores del estudio. Los incas llegaron a esa región solo cerca del siglo XV, señaló el arqueólogo. “Nuestra investigación muestra que los pobladores del estado de Tiwanaku, que se desarrolló en el Lago Titicaca entre los años 500 y 1.100, fueron los primeros en realizar ofrendas de valor a deidades religiosas”. El equipo científico fue liderado por Christophe Delaere, investigador del Centro de Arqueología Marítima de la Universidad de Oxford y de la Universidad Libre de Bruselas, y autor principal del estudio.
“Antes del surgimiento de Tiwanaku, la orilla del lago estaba ocupada por comunidades articuladas en jefaturas y cacicazgos de influencia muy limitada”. Para Capriles, el descubrimiento es valioso no solamente por la multiplicidad de ofrendas excepcionalmente bien preservadas.
“Este hallazgo es extraordinario porque estas piezas estaban todas asociadas y en contexto, lo cual nos permite acceder al comportamiento ritual de la sociedad que produjo estas ofrendas y su importancia ceremonial”, señaló el arqueólogo boliviano. Entre las ofrendas había un gran número de piezas de oro, incensarios de cerámica con forma de puma, un animal sagrado, así como miniaturas de ostras y lapidaria (piedras preciosas), señaló Capriles.
Para Delaere, el hallazgo deja en evidencia “una de las ventajas de los legados subacuáticos”. “El Lago Titicaca protege los materiales de sus culturas antiguas del tiempo y de la interferencia del hombre. Nunca se habían descubierto antes tantos artefactos de esta calidad”.