MADRID.- El socialista Pedro Sánchez no consiguió finalmente los respaldos necesarios para ser investido como nuevo presidente y España enfrenta ahora su peor escenario: ir a las urnas por cuarta vez desde 2015. Las nuevas elecciones generales fueron avaladas ayer por el rey Felipe VI y se realizarán el próximo 10 de noviembre, consolidando la inestabilidad política del país ibérico.
Luego de dos días de consultas con los espacios políticos, el rey “ha constatado que no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso de los Diputados le otorgue su confianza”, señaló un comunicado de la Casa Real. El anuncio se produjo luego de que el propio Felipe VI se reuniera con el presidente del Gobierno español, el propio Sánchez, quien le confirmó la falta de acuerdo para formar Gobierno. Será las segundas elecciones generales en siete meses y las cuartas en cuatro años, un caso inédito en Europa que evidencia el fracaso de una generación de políticos para España.
El panorama se complica porque sus principales protagonistas salieron a echarse inmediatamente la culpa del fracaso de las negociaciones, en un tono electoral que augura una profundización de las diferencias. Tanto Unidas Podemos como Ciudadanos y el Partido Popular (PP) responsabilizaron al PSOE (Partido Socialista Obrero Español) de la situación; mientras que Sánchez señaló a todos los demás, en especial a la fuerza de izquierda liderada por Pablo Iglesias, acusándolos de “bloquear por cuarta vez la investidura de un socialista”.
El bloqueo se produjo en efecto por la insistencia del PSOE de Sánchez (ganador de las elecciones de abril) de formar un Gobierno en soledad con apoyo parlamentario de Podemos, algo que chocó con el empeño de la formación de Iglesias de entrar al Ejecutivo español en un Gobierno de coalición con el líder socialista. “Sánchez comete un error histórico de enormes dimensiones”, acusó ayer Iglesias, quien consideró que “tenía el mandato de formar Gobierno. No quiso. La arrogancia y el desprecio a las reglas básicas de una democracia parlamentaria se han impuesto sobre la sensatez. Seguiremos trabajando para que la política sirva para defender los derechos de la gente”, enfatizó.
A su vez, la promesa de Albert Rivera (líder del liberal Ciudadanos) de abstenerse de la votación para permitir la consagración de Sánchez finalmente quedó en la nada: “Ciudadanos ni es liberal ni de centro”, cargó el presidente en funciones, endilgándole su alineamiento a la posición del conservador PP, que busca volver a las urnas para revertir el pálido resultado que sacó en abril pasado. “La investidura de Sánchez es ya la historia de un gran vacío y un gran fracaso” y el PP no está dispuesto a “jugar su juego”, en el que “pide todo a cambio de nada”, consideró el líder conservador Pablo Casado, que en tono electoral se dirigió a los españoles para enfatizar: “Espero que no le salga gratis”. El próximo lunes se disolverá el Congreso surgido en los comicios del 28 de abril y España volverá a entrar en un ciclo electoral de incierto resultado.
Dura reacción contra la oposición
MADRID.- El jefe de Gobierno Pedro Sánchez culpó directamente a los principales partidos de la oposición del fracaso de las negociaciones para formar un nuevo Ejecutivo, con especial énfasis en Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, su socio natural.
“He intentado por todos los medios configurar un Gobierno moderado y sin frentismos, pero me lo han hecho imposible”, justificó por la noche Sánchez en un mensaje dirigido a la ciudadanía, donde aseguró que quiso impulsar “un gobierno que no dependiese delas fuerzas independentistas” y que para eso “necesitaba de PP y Ciudadanos, no un apoyo, pero sí una abstención”.
“Unidas Podemos es el único partido que ha impedido cuatro veces un gobierno progresista liderado por el PSOE”, señaló en otra de sus fuertes críticas, y aseveró que “hemos ofrecido a Podemos hasta cinco fórmulas de negociación (…) a todo han dicho que no”.