BRASILIA.- El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva volvió a sacudir ayer la escena política de Brasil desde la prisión que pugna en Curitiba, al salir a rechazar la posibilidad de una libertad condicional, abierta la semana pasada por los fiscales de la operación Lava Jato, hasta no ser reconocido como inocente de los cargos que se le endilgan.
“No cambio mi dignidad por mi libertad. Todo lo que los fiscales del Lava Jato deberían hacer es pedir disculpas al pueblo brasileño, a los millones de desempleados y a mi familia por el mal que les hicieron a la democracia, a la Justicia y al país”, señaló Lula en una carta leída por uno de sus abogados a la salida de un encuentro en su celda de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba.
“Quiero que sepan que no acepto negociar mis derechos y mi libertad. Ya demostré que son falsas las acusaciones que hicieron en mi contra. Son ellos y no yo quienes están presos de las mentiras que les contaron a Brasil y al mundo. No descansaré hasta que la verdad y la justicia vuelvan a prevalecer”, resaltó el ex mandatario, que está preso desde el 7 de abril de 2018 con una pena de ocho años y diez meses de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
Como ya cumplió un sexto de su condena, 15 fiscales del Lava Jato enviaron el viernes pasado una solicitud a la jueza federal Carolina Lebbos para que el ex mandatario pueda pasar a cumplir su pena en un régimen semiabierto de prisión (podría salir de la cárcel durante el día y volver a su celda para dormir) o incluso en prisión domiciliaria (con una tobillera electrónica).