MONTEVIDEO.- Como si la región no tuviera conflictos, Uruguay entraba anoche en un insólito cono de incertidumbre política porque el ballottage entre el postulante del Frente Amplio (FA), Daniel Martínez, y el contrincante del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou, se encontraba en una situación de virtual empate técnico, que promete abrir un escenario de fuerte disputa política. Tal es así que la Corte Electoral determinó que no es suficiente para proclamar un ganador y anunciará el resultado definitivo entre el jueves y viernes.
Escrutadas el 100% de las mesas, el postulante opositor de la alianza de centroderecha, Lacalle Pou, logró imponerse por una ventaja ínfima de 28.666 votos, lo que equivale al 1,2% del electorado. Alcanzó el 48,71% del electorado (1.168.019 votos) mientras que su oponente, el candidato del Gobierno del FA, llegó al 47,51% (1.139.353 votos). Además, hubo 1,54% de votos en blanco (36.996) y 2,24% anulados (53.619).
Si bien el ballottage se define por simple mayoría de votos, la incertidumbre se presentaba porque la cantidad de votos recurridos superaba la diferencia de Lacalle Pou sobre Martínez, pues había más de 35.229 votos observados (1,45% del total) contra unos 28.666 de diferencia entre los postulantes.
Anoche, tanto los militantes del PN como del FA se encontraban concentrados en las puertas de los respectivos bunker de los candidatos presidenciales de Montevideo con la esperanza de una definición que promete extenderse. Mientras los dirigentes del FA sostenían que podían llegar a ganar la elección con la suma de los votos observados y las huestes de Lacalle Pou ya celebraban un triunfo que debía corroborarse por el escrutinio final, lo cierto es que ninguno de los candidatos había salido a hablar, lo que revela de la situación de incertidumbre que se vivía en el país.
Finalmente, pasado el 90% del escrutinio, el primero en hablar fue Martínez, quien aún no reconoce la derrota. «Intentaron enterrarnos, pero no sabían que somos semillas», lanzó enfático. Y señaló que, en los comicios, la sociedad dijo: «Estamos presentes, no queremos ser pasivos en la historia de la patria. Queremos ser protagonistas».
Lacalle Pou fue contundente, y disparó: «Lamentablemente el candidato del Gobierno no nos ha llamado ni ha reconocido el resultado que, desde nuestro punto de vista, es irreversible». El candidato del Partido Nacional hizo énfasis en la necesidad de unir a los uruguayos, y proyectó: «Tenemos la convicción material de que el 1° de marzo asume un gobierno multicolor». Finalmente, al despedirse de los presentes, dijo: «Vuelvan a sus casas con alegría mesurada. Nos estamos viendo en una semana para confirmar esto».
El escenario se complejizaba porque los casi cinco puntos que faltaban contabilizar se concentraban en Montevideo, ciudad que fue gobernada por Martínez y donde el oficialismo figuraba como claro favorito. No obstante, para llegar a un virtual triunfo, las proyecciones indicaban que Martínez debía quedarse con prácticamente el 93% de los 35.262 votos recurridos, por lo que el triunfo de la alianza de centroderecha era el escenario más probable.