CIUDAD DE MÉXICO.- Las tensión entre el gobierno de México y su par de Bolivia, comandado por la autoproclamada presidenta interina” Jeanine Áñez, trascendió ayer al plano internacional cuando el primero anunció que demandará al segundo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por espiar” y hostigar” a su embajada en La Paz, donde confirmó que aún permanecen recluidos nueve dirigentes del gobierno de Evo Morales como refugiados políticos.
Esto no lo hizo ni (el dictador chileno Augusto) Pinochet, yo espero que prevalezca la sensatez, que prevalezca por encima de todo la política”, afirmó en su habitual conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al comentar las nuevas denuncias de su delegación diplomática en el país andino, que el martes acusó una intensificación de las intimidaciones por parte de los agentes del Estado boliviano.
Poco después, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, anunció que presentarán un recurso ante la Corte Internacional de La Haya (principal órgano judicial de Naciones Unidas) contra Bolivia por el acoso sufrido en sus sedes diplomáticas. Lo que planteamos es que se preserve y se respete la integridad de las instalaciones y de quienes están en su interior”, informó Ebrard, quien aseguró que ni en los peores momentos de los golpes militares de los años ‘70 y ‘80 se puso en riesgo la integridad de las embajadas”.
México denuncia que el acoso a sus sedes diplomáticas en Bolivia comenzó el 11 de noviembre en medio de las gestiones para llevar a Morales a territorio mexicano, pero que luego se intensificó cuando decidió dar refugio a otros ex funcionarios después que Áñez anunciara una cacería” para detenerlos. Según las denuncias, agentes fuertemente armados del Estado custodian los alrededores de la embajada en La Paz, persiguen a los vehículos oficiales y la propia embajadora, Teresa Mercado, ha sido increpada de manera constante.
En la víspera de Navidad, las presiones aumentaron: hasta 150 policías y miembros del Ministerio del Interior vigilan desde entonces las instalaciones. El temor del gobierno mexicano es que se produzca una incursión armada en su embajada para detener a los nueve ex funcionarios refugiados en su interior, ya que el Gobierno de Áñez no deja que abandonen el país y emitió órdenes de detención contra cinco de ellos. Según el diario El País de España, el blanco principal del oficialismo boliviano es Juan Ramón Quintana, ex ministro de Gobierno y uno de los hombres fuertes de Morales.
Pero Áñez niega las acusaciones e incluso asegura que el dispositivo de vigilancia busca brindar protección” a los representantes diplomáticos mexicanos. Iremos a la Corte de La Haya con mucho gusto y allí veremos quiénes están violado los tratados” internacionales, respondió ayer desafiante el ministro de Gobierno boliviano, Arturo Murillo, quien argumentó que el único que ha permitido que se violen los tratados y convenios ha sido el gobierno mexicano” cuando acogió como refugiado a Morales y sus ministros. Nos cuesta entender por qué se quejan de que cuidemos la residencia”, agregó Murillo, quien insistió en que la obligación de Bolivia es dar todo el resguardo a las embajadas”.