BRUSELAS.- En una decisión inédita en la historia del bloque, los gobiernos de la Unión Europea (UE) decidieron ayer cerrar totalmente sus fronteras continentales para aislarse del mundo e intentar frenar la brutal expansión del coronavirus. El viejo continente se ha convertido en el nuevo epicentro de la pandemia global, con 61.073 casos, de los cuáles 2.711 ya murieron.
La medida adoptada de urgencia establece que sólo podrán entrar a la UE los ciudadanos europeos que estén fuera del bloque y los ciudadanos de terceros países que sean residentes legales de larga duración en algún país europeo. Las demás personas a las que se permitirá la entrada, como diplomáticos o personal sanitario, pasarán estrictos controles. Para el resto del mundo, Europa cerrará todos sus accesos por tierra, mar y aire, incluidos aquellos países que habitualmente no requieren visa para ingresar al viejo continente, como Argentina.
Pero el cierre de las fronteras externas del bloque se acompañará también con el cierre casi total de las fronteras internas de los países miembros del bloque, donde sólo podrán circular mercancías indispensables, como alimentos y material médico. La medida suspende así temporalmente la libre movilidad de personas dentro de Schengen”, el espacio europeo de libre circulación de ciudadanos del bloque.
Todos los gobiernos han impuesto en los últimos días medidas draconianas para confinar a sus poblaciones: ayer, no había ni una escuela abierta en todo el continente, apenas bares o restaurantes en algunos países, con una mínima cantidad de sus comercios abiertos (supermercados y farmacias), una situación sólo comparable a la vivida en la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los países más afectados es España, que ayer reportó casi 1.500 nuevos contagios (un 25% más que el día anterior), mientras que la cantidad de muertos llegó a 309 (con un nivel de letalidad del 3,7%), lo que la convierte en la cuarta nación más afectada del mundo. El gobierno de Pedro Sánchez decretó por ello el cierre total de sus fronteras, mientras que Angela Merkel lo hizo parcialmente en Alemania, que también dispuso ayer el cierre de todo el comercio no esencial para las necesidades básicas de la población, por tiempo indeterminado, luego de registrar más de 1.000 nuevos casos en 24 horas (llevando el total a 6.012).
Similar escenario se observaba en Francia, donde Emmanuel Macron puso en cuarentena a toda la población y anunció un plan de choque que implicará la inversión de 300.000 millones de euros para salvar su economía y las empresas, donde el Estado se pone como garante del pago de los créditos bancarios de las empresas y de impuestos como el agua, la luz, el gas y hasta de los alquileres, que serán aplazados por el tiempo que dure la emergencia.
Italia registra más de 2.000 muertos
ROMA.- Italia viene perdiendo la batalla contra el coronavirus pese a las estrictas medidas de control dispuestas por el gobierno de Giuseppe Conte: según los últimos datos difundidos por Protección Civil, la cifra de muertos superó ayer los 2.000 (un total de 2.158 fallecimientos), luego de informar 349 decesos en un sólo día, mientras que el número de contagiados subió a 23.073, con 2.470 casos nuevos. Aun así, el jefe de la entidad, Angelo Borrelli, destacó que hay una tendencia a la baja en la difusión del virus, pues el incremento de casos el sábado había sido del 19,8%, el domingo del 17% y ayer fue del 10%. No obstante, el primer ministro advirtió que Italia aún no alcanzó el pico” de personas contagiadas por la pandemia, y destacó que estas son las semanas más riesgosas y necesitamos la máxima precaución”. Las autoridades sanitarias de Lombardía, la región más afectada por el brote, solicitaron a su vez ayuda médica al gobierno de Cuba para combatir la pandemia, que enviará enfermeros y especialistas al país europeo. Hasta el Vaticano se encuentra en estado de alarma, ya que ayer se confirmó que un obispo que compartió una reunión con el papa Francisco hace una semana, dio positivo por el coronavirus.