WASHINGTON.- Estados Unidos salió a las calles como no se veía desde hace mucho tiempo este fin de semana para honrar la memoria de George Floyd y protestar contra la violencia racial, aunque sin los fuertes incidentes registrados la semana pasada.
A cinco meses de las elecciones presidenciales, cientos de miles de personas se manifestaron a nivel nacional tanto en grandes como pequeñas ciudades estadounidenses. La mayor manifestación en todo el país se realizó el sábado en Washington, que vivió una de las protestas más grandes de su historia. Al menos 200.000 manifestantes se congregaron en diferentes puntos de la ciudad con carteles y cánticos denunciando la muerte de Floyd y la violencia policial contra los negros. Sin justicia no hay paz”, clamaron al reunirse ante una Casa Blanca blindada por cientos de policías y soldados de la Guardia Nacional, aunque también se concentraron delante del monumento a Lincoln y ante el Capitolio.
Miles de personas portaban camisetas negras con el mensaje No puedo respirar”, las últimas palabras de Floyd antes de morir, mientras que la propia alcaldesa demócrata de Washington, Muriel Bowser, se unió a la manifestación en abierto enfrentamiento al presidente Donald Trump. Además, rebautizó una de las calles laterales a la Casa Blanca como Black Lives Matter (Las vidas negras importan), mientras que los activistas pintaron ese mensaje en el pavimento con letras amarillas.
Pero si bien las miradas se concentraron en la capital del país, también hubo manifestaciones masivas en muchas otras ciudades estadounidenses, desde Miami a Seattle, desde Los Angeles a Filadelfia. En Nueva York, el centro de las protestas estuvo en Brooklyn, donde unas 3.000 personas se reunieron para marchar en dirección a Manhattan. Pese al toque de queda, hubo movilizaciones en todos los distritos de la Gran Manzana, con números importantes de participantes en Queens, El Bronx y la propia Manhattan.
Después de que Floyd fuera homenajeado en Minneapolis, el sábado fue despedido en Raeford, Carolina del Norte, su estado natal: sus restos fueron recibidos por una multitud que lo ovacionó con el puño en alto. Miles de personas hicieron fila para despedirlo, protegidas por sombrillas en un día de calor intenso en el sur de Estados Unidos.
Pero lo distintivo de las manifestaciones no estuvo esta vez en los episodios de violencia (aunque hubo algunos incidentes en Portland y Seattle) sino en su expansión a nivel mundial, donde miles de personas también se movilizaron hacia las embajadas de Estados Unidos para expresar su indignación por la muerte de Floyd y su rechazo a la violencia racial (ver…).
La ola antirracista también sacude a Europa
Bruselas.- De Bruselas a Budapest, pasando por Madrid y Roma, decenas de miles de europeos salieron a la calle el domingo para denunciar el racismo, siguiendo la ola de protestas desatada en Estados Unidos por la muerte de George Floyd. En Madrid, unos 3.000 manifestantes según las estimaciones oficiales, se reunieron frente a la embajada de Estados Unidos para condenar la muerte de Floyd pero también el racismo policial. Algo similar ocurrió en Barcelona.
En Roma, una espontánea manifestación congregó en la famosa Piazza del Popolo a miles de jóvenes que se arrodillaron en silencio, con el puño en alto, durante nueve minutos, el tiempo durante el cual el policía mantuvo su rodilla asfixiando a Floyd hasta la muerte. Una de las protestas más fuertes, empero, se registró en Londres, donde miles de británicos se reunieron por segundo día consecutivo para repudiar la violencia policial: en contraste con Estados Unidos, se repitieron los choques con la policía pese a que ayer había, por ejemplo, más de 15.000 manifestantes. En Bruselas, cerca de 10.000 manifestantes se congregaron en el palacio de justicia, mientras que otros miles se reunieron en las principales ciudades de Holanda, Francia, Alemania, Suiza, Australia, Budapest y Túnez, entre otros países.