Brasil mostró hoy datos contrastantes en torno al coronavirus, porque mientras el estado de San Pablo, el más poblado y motor económico del país, registró una baja de muertes por primera vez en ocho semanas, y Rio de Janeiro permitió la reapertura de playas durante los días hábiles, un informe oficial reveló que en la franja de 20 a 29 años el número de fallecidos en el periodo del 4 al 17 de este mes creció más de 1.000%.
El boletín del Observatorio Fiocruz Covid-19 referido a las semanas epidemiológicas 14 y 15, que van del 4 al 17 de abril, advirtió que la enfermedad que en un principio se ensañó con los adultos mayores ahora infecta a personas más jóvenes y con una creciente tasa de mortalidad.
El análisis mostró que el grupo de los más jóvenes, de 20 a 29 años, registró el mayor incremento en el número de muertes por Covid-19: 1.081,82%.
La franja de 40 a 49 años, en tanto, mostró el mayor incremento en el número de casos, con 1.173,75%.
El estudio alertó además sobre un persistente alto nivel de letalidad, que atribuye a «serias fallas en el sistema de atención y vigilancia de la salud» en varios estados «como pruebas diagnósticas insuficientes, identificación de grupos vulnerables y derivación de pacientes críticos».
Para peor, el Observatorio –que depende del Instituto Oswaldo Cruz, del Ministerio de Salud- avisó que en regiones ya críticas el cuadro «puede verse agravado por la saturación del sistema de salud», según consignó la estatal Agencia Brasil.
Para concluir, el estudio también destacó que las tasas de ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) por parte de pacientes adultos con Covid-19 «en varios estados se mantienen, en general, en niveles muy altos» y detalló que 14 estados más el Distrito Federal tiene ocupaciones superiores al 90%.
Los datos parecen ensombrecer el hecho de que por primera vez después de dos meses en alza, el estado de San Pablo presenta una caída del 23% en el número de muertes.
«Es la primera vez que los indicadores de casos, hospitalizaciones y muertes están cayendo en este período», declaró el vicegobernador y secretario de Gobierno, Rodrigo García, según un comunicado oficial, tras semanas de una nueva cuarentena.
Desde mediados de febrero, el número de fallecimientos había mostrado un crecimiento semanal, con promedios que aumentaron en más de cien muertes cada siete días, pero empezaron a mermar en la segunda quincena de marzo, en paralelo a la vigencia del confinamiento.
El Departamento de Salud estatal indicó, asimismo, que el número de hospitalizaciones y contagios de Covid-19 disminuyó semanalmente desde marzo, con una reducción en la última semana de 4,5% y 14,3%, respectivamente, mientras que el promedio diario de fallecimientos fue de 621, frente a 813 en la semana anterior.
Con 90.810 decesos y 2.793.750 positivos, San Pablo es el estado brasileño más afectado por la pandemia, pero desde el domingo pasado inició una relajación de la cuarentena estricta que había implementado para frenar el avance de la Covid-19.
En tanto, en el estado de Rio Janeiro, el segundo más enlutado por el brote con 42.362 muertos, el intendente de la capital homónima decretó que desde mañana se atenúen algunas de las medidas impuestas para luchar contra la pandemia.
Entre ellas, destacó la reapertura al público de las playas de la ciudad en los días hábiles, según el Boletín Oficial, que igual aclara que seguirá vigente el toque de queda entre las 23 y 5, así como la suspensión de fiestas y eventos.
La reapertura de las playas ya había quedado en el centro de un cruce entre la municipalidad y el Gobierno nacional, luego que el pasado miércoles la Justicia brasileña ordenara reabrirlas al dar lugar a una acción promovida por el diputado Anderson Moraes, aliado del presidente Jair Bolsonaro.
Pero la decisión fue tomada durante un feriado y la municipalidad alegó que no había sido notificada de la resolución judicial, por lo que mantuvo las playas cerradas hasta conocerse el decreto publicado hoy.
Con 45.168 nuevos casos y 2.027 decesos en la última jornada, Brasil acumula más de 14,2 millones de casos comprobados y 384.000 fallecidos por la Covid-19, lo que lo convierte en el país más afectado de la región y uno de los tres más golpeados en el mundo.