Según reveló Bloomberg, la compañía Colonial Pipeline inc pagó esa cifra en criptomonedas para que no sea detectable, hecho que sucedió pocas horas después del ataque del viernes, lo que subraya la inmensa presión que enfrentaba la empresa para reanudar el servicio y no dejar sin combustible a la costa este del país. La firma transporta el 45% del combustible que se consume en el este del país y tuvo que interrumpir sus operaciones en los 8.850 kilómetros de oleoductos que gestiona.
El presidente Joe Biden salió a afirmar ayer que el ciberataque provino de Rusia, aunque descartó que el gobierno de Vladimir Putin estuviera detrás de la maniobra. Biden destacó de hecho que su Gobierno ha mantenido comunicaciones directas” con el gobierno ruso para que actúe frente a los delincuentes.
El ataque desató un pánico colectivo a la escasez de gasolina, lo que generó una doble escalada de pánico y de precios. Los efectos se seguían sintiendo ayer, ya que más de 10.000 estaciones estaban sin gasolina en Alabama, Georgia, Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Maryland y Virginia, según los datos de la firma GasBuddy.