Chile concluyó ayer una inédita elección de dos días para elegir a los 155 ciudadanos que redactarán una nueva Constitución y enterrar así la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, con la expectativa de crear nuevas reglas que permitan mayor equidad social.
Los recintos electorales empezaron a cerrar a las seis de la tarde (19 de Argentina) tras dos jornadas electorales en la que no se registraron incidentes. El sábado acudieron a las urnas más de tres millones de electores (20,44%) de un total de 14,9 millones de convocados a votar de manera voluntaria. Ayer, los medios indicaban que la poca participación ciudadana se había mantenido.
Los chilenos tuvieron que elegir entre 1.373 candidatos para integrar la Convención Constitucional, entre ellos actores, escritores, profesores, activistas sociales, abogados y también políticos tradicionales.