Este «beneficio incluye a los productos que se importen en consignación para su venta en plaza» e insumos y materias primas para la producción agropecuaria, pero no «se aplicará a productos terminados», aclaró una resolución publicada en la Gaceta Oficial, según la agencia de noticias AFP.
La medida fue anunciada mientras los trabajadores privados esperan que se apruebe la reglamentación de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), un paso que, según el presidente Miguel Díaz-Canel, el Consejo de Estado dará en los próximos días.
La autorización de las Pymes representa un paso más en las reformas económicas implementadas en el país. En febrero último, el Gobierno amplió a más de 2.000 las actividades en las que pueden laborar los trabajadores independientes.
El anuncio de hoy siguió a otro que también exime de impuestos la importación sin límites de tecnologías que generan energía renovable, sus partes y piezas. Las nuevas medidas llegan 20 días después de una serie de protestas en varias ciudades de la isla, en las que miles de ciudadanos reclamaron más alimentos, medicamentos y mayor libertad, en manifestaciones que el Gobierno consideró armadas desde el exterior, específicamente Estados Unidos.
Para peor, la suba de contagios de Covid-19 complica el cuadro, de por sí severo por la crisis económica que generó la pandemia al reducir a cero los ingresos de turistas a la isla, una de las principales fuentes de dinero para el Gobierno y una parte importante de la sociedad.
Además, Estados Unidos agudizó los alcances del bloqueo que mantiene sobre el país hace 60 años, y dispuso sanciones sobre funcionarios militares y policiales en las últimas semanas, que se suman a las restricciones a las remesas que estableció el anterior Gobierno estadounidense de Donald Trump.
Apenas después de esas protestas, el 14 de julio, el Gobierno de Díaz-Canel anunció la libre importación de alimentos, medicamentos y productos de aseo por parte de los viajeros que lleguen al territorio. Ese mismo día, estableció cambios en las políticas salariales del país, como parte de una fuerte transformación en el sector empresarial del Estado.
«Se eliminará gradualmente la escala salarial en la empresa estatal socialista, lo que aumenta su autonomía y mejorará los ingresos de sus trabajadores», explicó el titular de Economía, Alejandro Gil.
Unos días después, el 22, autorizó y reguló la compra en cuotas en comercios de colchones, bicicletas y equipos electrodomésticos, entre otros productos, y habilitó las ventas de garaje, organizadas por individuos en casas o en sus veredas.
La nueva regulación para la compra en cuotas en comercio rige para bienes que cuesten más de 2.500 pesos, es decir unos 1.040 dólares, como muebles, colchones, bicicletas y equipos electrodomésticos.
Todo forma parte de una serie de reformas consideradas como una actualización de la doctrina socialista que también podrían verse como una apertura lenta pero firme hacia un sistema mixto con participación privada.
Ya en febrero, Cuba había anunciado un nuevo listado de más de 2.000 actividades en las que se permitirá el trabajo privado, frente a las 127 que existían hasta entonces. Y a comienzo de año había eliminado la doble moneda que existía desde 1994 y había dispuesto una suba generalizada de salarios y precios de servicios y bienes básicos, lo que disparó una inflación muy alta que golpeó aún más el bolsillo de los cubanos.