El emir yihadista, abatido según París en una operación militar gala en el Sahel en agosto, era el líder del Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS), al que se atribuye la mayor parte de ataques y atentados de los últimos años en el oeste de Níger y el este de Burkina Faso y Malí.
Tras el golpe moral para Occidente que supuso el retorno de los talibán en Afganistán y en plena catarsis de Francia por el juicio por los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 en París, la noticia fue celebrada por las autoridades galas como un golpe decisivo” contra el extremismo islamista que ahora se extiende por el Sahel.
Es un nuevo gran éxito en el combate contra los grupos terroristas del Sahel”, afirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, en un mensaje en Twitter en el que adelantó la noticia.