El escenario electoral rumbo a los comicios presidenciales del próximo año quedó configurado ayer con el lanzamiento del ex juez de la Operación Lava Jato y ex ministro de Justicia, Sérgio Moro, quien ayer anunció su afiliación al partido derechista Podemos para postularse al máximo cargo ejecutivo del país contra su ex jefe, el actual mandatario Jair Bolsonaro, y contra Luiz Inácio Lula Silva, a quien condenó y mandó a prisión ilegalmente.
Cual culebrón televisivo de la red Globo, las elecciones de octubre de 2022 reunirán así a los principales protagonistas de la política brasileña de la última década, en una disputa que promete potenciar las tensiones sociales latentes en el país y aumentar su inestabilidad política, tras una gestión desastrosa de la pandemia por parte de Bolsonaro y una economía que a la recesión galopante está sumando la inflación más alta en casi 20 años.
Con un discurso contra los “privilegios de la clase política”, a favor del neoliberalismo económico y sin citar que fue considerado “parcial” por el Supremo Tribunal Federal (STF) en la investigación donde condenó y encarceló a Lula, Moro dijo que “está a disposición” para liderar el proyecto político. Ese plan consiste en posicionarse como una tercera vía entre Bolsonaro y Lula, según afirmó el propio ex juez ante un colmado centro de convenciones de Brasilia, aunque su discurso tuvo un tono ultraderechista.
En efecto, Moro respaldó abiertamente la agenda económica de Bolsonaro al citar entre sus objetivos hacer un plan de reformas macroeconómicas, privatizaciones y responsabilidad fiscal, con un llamado al “libre mercado que no permita que el Gobierno interfiera en la vida de la gente”.
Con la anticorrupción como bandera, pese a que fue condenado por el STF por encarcelar y bloquear la candidatura de Lula con intenciones políticas, Moro citó escándalos vinculados al Partido de los Trabajadores (PT) y la investigación por desvío de dinero público de la familia Bolsonaro, con la intención de igualar a sus dos principales contendientes. “Nunca tuve ambición política”, repitió Moro en otra de sus contradicciones, y dijo que uno de sus proyectos es crear una “Fuerza-tarea” como el Lava Jato pero para “erradicar la pobreza”.
Con menos del 10% de intención de voto, al ex juez se enfrentará centralmente a Lula da Silva, que figura lejos como favorito en la intención de voto de los brasileños, según confirmó ayer mismo una encuesta del canal CNN Brasil. El sondeo de Genial/Quest indica que el dirigente del PT tiene 48% de intención de voto -en condiciones de ganar en primera vuelta- contra el 21% de Bolsonaro, el 8% de Moro y el 6% del laborista Ciro Gomes.
El ex presidente iniciará hoy una gira por Europa donde se reunirá con líderes políticos de la región en la articulación de una alianza internacional para su candidatura en 2022. La gira incluirá Alemania, Bélgica, Francia y España. “Quiero ser indeseable para las elites porque no quiero gobernar para las elites sino para el pueblo pobre, el pueblo que trabaja y lleva comida a su casa”, afirmó Lula en una de sus últimas apariciones, donde ratificó que quiere un “Estado fuerte” para “acabar con la miseria” en Brasil.