La tensión en la región de Taiwán no deja de profundizarse luego de los ejercicios militares chinos –los mayores de su historia- generados como respuesta a la visita de la líder demócrata norteamericana Nancy Pelosi a la isla autónoma.
Esta vez, fue el gobierno taiwanés que realizó ayer nuevas maniobras militares con fuego real en respuesta a las amenazas chinas, e incluso lanzó un abierto desafío: calificó a los reclamos de Pekín sobre el territorio autónomo de “expresiones de deseos”. El día anterior, el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Tan Kefei, había afirmado que “el proceso de reunificación (de la isla con China) es imparable”, a la vez que advirtió que “no renunciaremos al uso de la fuerza” para lograr tal objetivo. “Estamos dispuestos a ejercer la máxima sinceridad y los mayores esfuerzos para lograr una reunificación pacífica, pero el EPL (Ejército Popular de Liberación chino) no dejará espacio para que las fuerzas separatistas de Taiwán y las potencias extranjeras logren sus objetivos”, dijo.
La declaración china está “llena de expresiones de deseos e ignora los hechos”, respondió ayer el Consejo de Asuntos Continentales taiwanés, que consideró que el presidente chino, Xi Jinping, utilizó la visita de Pelosi como pretexto para elevar el enfrentamiento con Taipéi y legitimarse de cara al 20mo Congreso Nacional del Partido Comunista gobernante, previsto para este año -donde se espera que sea reelegido para un tercer quinquenio-. Las “operaciones políticas torpes y burdas de las autoridades de Pekín ponen nuevamente de manifiesto su pensamiento arrogante de tratar de invadir y destruir el Estrecho de Taiwán y la paz regional”, añadió el concejo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán también se pronunció contra el modelo de “un país, dos sistemas” que propone China para la isla; mientras la presidenta Tsai Ing-wen advirtió que “la amenaza militar de China no ha disminuido”. “No escalaremos el conflicto ni provocaremos disputas, defenderemos firmemente nuestra soberanía y seguridad nacional, y en primera línea la democracia y la libertad”, añadió al saludar a las tropas que realizaron un simulacro defensivo en la zona más meridional de la isla, Pingtung.
Sin embargo, China volvió a reaccionar con furia: “La colusión (de Taiwán) con fuerzas exteriores para buscar su independencia y provocación solo acelerará su propia muerte y arrojará a Taiwán al abismo del desastre”, advirtió el vocero del ministerio del Exterior, Wang Wenbin, quien añadió que “la búsqueda de independencia de Taiwán jamás tendrá éxito, y cualquier intento de vender el interés nacional estará condenado al fracaso total”.
Al mismo tiempo, China se enfrentó en las últimas horas con Corea del Sur por un escudo de defensa antimisiles de los Estados Unidos, que amenaza con socavar los esfuerzos del nuevo gobierno en Seúl para superar las diferencias de seguridad con el gigante asiático. El conflicto sobre el sistema Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) instalado en Corea del Sur se desató en realidad en 2016, cuando China frenó el comercio y las importaciones culturales de ese país en protesta por su despliegue. China asegura que el poderoso radar THAAD podría escudriñar su espacio aéreo y ahora volvió a exigir que Corea del Sur no despliegue más baterías y limite el uso de las existentes. Un alto funcionario coreano respondió ayer que THAAD es un medio de autodefensa y nunca puede estar sujeto a negociaciones.