El presidente de Perú, Pedro Castillo, tomó juramento a su tercer gabinete de ministros y, un día después, decidió echar al procurador general del Estado, Daniel Soria, quien denunció al mandatario por un presunto caso de corrupción, una decisión que llega en una semana de tensión política.
El clima de constantes terremotos políticos acecha la gestión de Castillo desde su inicio, el 28 de julio de 2021, y esta semana no ha sido la excepción, luego de conocerse importantes renuncias: Mirtha Vásquez, del Ministerio del Interior, Pedro Francke, de Economía y Finanzas, y Carlos Jaico, secretario General de la Presidencia. Los funcionarios se fueron del gobierno no sin antes criticar a Castillo por falta de respuestas, irregularidades, corrupción y desorganización.
Ante la probabilidad de perder más ministros y que ello le significara un mayor costo político, el presidente decidió anunciar la renovación del gabinete. El nuevo equipo de gobierno, que juró el martes pasado, está encabezado otra vez por un extrapartidario, el legislador Héctor Valer, quien pasó por tres bloques en el Congreso antes de crear su sello propio, Perú Democrático. No obstante, estos cambios no se reflejaron en un ambiente de mayor calma ya que la tercera vicepresidenta del Congreso, Patricia Chirinos, anticipó que presentará un pedido de juicio político contra Castillo “por sus permanentes infracciones constitucionales, su incapacidad flagrante y la evidente corrupción de su Gobierno”.
Tan solo un día después de la jura, el ministro de Justicia, Anibal Torres, que acompaña a Castillo desde 2021, echó al procurador Soria, que había denunciado al presidente por casos de corrupción. El Gobierno argumenta que la decisión se tomó luego de que un informe del Ministerio de Justicia detallara irregularidades en la designación del procurador en 2020, entre las que se encuentra la supuesta falta de experiencia laboral de Soria para ejercer el cargo, pese a haberlo ejercido durante dos años. Además, descartaron que la salida de Soria esté relacionada con sus denuncias.
Estos movimientos se dan un momento particular para Perú, un derrame petrolero afectó 24 de sus playas, algo que generó el descontento de la ciudadanía, y la cotización del dólar aumentó 1% en el mercado cambiario, hecho que operadores y analistas atribuyeron a la incertidumbre por la situación de inestabilidad política.