Kamala Harris no se había enfrentado nunca a una entrevista tan a cara de perro como la que concedió ayer a Fox News. Desde el minuto uno, el presentador Bret Baier se lanzó a la yugular de la candidata demócrata con la inmigración. Una y otra vez la interrumpió y le planteó las cuestiones de la agenda trumpista, recurriendo a veces a vídeos preparados para la ocasión. Además de la inmigración, subrayó su ligazón con el actual presidente, Joe Biden.
La vicepresidenta se revolvió, evitó meter la pata y colocó buena parte de sus propios mensajes. “Mi presidencia no será una continuación de la presidencia de Biden”, se desmarcó, antes de pasar al ataque contra Donald Trump: “Es inestable”, dijo de él, remarcando cómo se refiere a sus rivales políticos como “el enemigo interno” y hasta insinúa que usará a los militares para sofocarlos.
Mientras Trump endurece su discurso y trata de movilizar a sus fieles, Harris intentó convencer a los votantes centristas e incluso a los republicanos que reniegan de Trump.
Por su parte, el magnate enfureció al conocer que Fox News iba a entrevistar a su rival. El republicano considera la cadena casi como su casa y tiene hilo directo con sus presentadores estrella.
Al anunciarse la entrevista, dijo que Fox News había “perdido totalmente el norte” y subrayó que el entrevistador elegido era uno de los moderados del canal.
Por otra parte, Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, donó en el tercer trimestre del año 74,95 millones de dólares a America PAC, un comité de acción política que tiene el objetivo de apoyar la campaña de Trump.