La 77° Asamblea General de la ONU tuvo como primer orador al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien llevó la campaña electoral de su país ante el mundo. En el primer discurso del día, el mandatario apuntó contra la “corrupción de la izquierda” en su país, en un claro mensaje contra el candidato opositor, el expresidente Lula da Silva.
«Durante mi gestión hemos acabado con la corrupción sistémica que existía en el país. Entre 2003 y 2015, el periodo en el que la izquierda presidió Brasil, el nivel de endeudamiento de Petrobas (…) alcanzó los 170.000 millones de dólares. La persona responsable fue condenada«, dijo en referencia a Lula, eximido de los cargos al confirmarse la parcialidad de los funcionarios judiciales que llevaron el caso Lavajato.
Como presidente de Brasil, y siguiendo la tradición de la ONU, Bolsonaro fue el primero de los jefes de Estado y de Gobierno en intervenir ante la Asamblea General, y además de atacar a su rival, donde afirmó que su gobierno «desterró la corrupción de la izquierda», que lidera todas las encuestas de cara a las elecciones del 2 de octubre, utilizó el atril de la ONU para destacar las políticas económicas de su Gobierno, especialmente durante la pandemia de Covid-19.
“En Brasil, durante la pandemia, hicimos esfuerzos para garantizar que hubiera asistencia financiera para los más necesitados”, destacó; al tiempo que enfatizó: “Lanzamos un amplio programa de vacunación, incluyendo la producción nacional de vacunas. Más del 80% de la población está vacunada contra el COVID-19. Y todos los que se vacunaron lo hicieron de forma voluntaria”.
Luego señalo: “Brasil llega al final de año con una economía en plena recuperación. La pobreza aumentó en todo el mundo por el impacto de la pandemia. En Brasil empezó a disminuir. El desempleo se redujo en 5% y hemos reducido la inflación. Hemos tenido una deflación sin precedentes en Brasil. Bajó el precio de la gasolina y el de la electricidad”.
En vísperas de las elecciones presidenciales en el país vecino, siguió enumerando logros de su gestión. “Tenemos la tranquilidad de los que van por el buen camino. En la producción de alimentos, hoy en día somos uno de los mayores exportadores. En cuanto al medioambiente, Brasil es un ejemplo para el mundo”.
El presidente brasileño también manifestó que si bien la ONU sirvió para restaurar la paz tras la II Guerra Mundial, el actual conflicto en Ucrania sirve de «alerta» y abogó por «una reforma» para encontrar la paz mundial.
Bolsonaro además hizo referencia a la crisis de los migrantes venezolanos. “Muchos hermanos venezolanos vinieron a Brasil. Nuestra respuesta fue la ‘Operación Bienvenido’, que se convirtió en un hito. Todos tienen acceso al mercado laboral, a los servicios públicos y a las prestaciones. La política de recepción humanitaria de Brasil va más allá de Venezuela porque hemos recibido a muchas personas provenientes de otros países”, resaltó.
Por último, en referencia a la guerra en Ucrania, indicó que Brasil se rige por los principios del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas: «Abogamos por un alto el fuego inmediato, por la protección de civiles no combatientes, la salvaguarda de infraestructuras para ayudar a la población y el mantenimiento de todos los canales de las partes en conflicto».