La crisis alimentaria agravada por la guerra en Ucrania, importante productor agrícola al igual que Rusia, acaparó este sábado distintas conversaciones entre líderes mundiales, mientras en el terreno continúan los combates en el este ucraniano, donde el ejército ruso confirmó que ya controla una localidad clave.
Ucrania, gran exportador de cereales, tiene bloqueada su producción debido a los combates, mientras que Rusia, otra potencia agrícola, no puede vender sus fertilizantes y sus cereales debido a las sanciones occidentales. Ambos países producen un tercio del trigo mundial.
El presidente ruso, Vladimir Putin, expresó que su país está «dispuesto a ayudar a encontrar opciones para una exportación sin trabas de cereales, inclusive de cereales ucranianos procedentes de puertos ubicados en el mar Negro», indicó el Kremlin en un comunicado publicado al término de una conversación telefónica con el mandatario francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz.
El presidente ruso, según el texto, «explicó con argumentos y basándose en datos concretos las razones reales que provocaron las dificultades con el suministro de alimentos», que son el resultado de «políticas económicas y financieras equivocadas de los países occidentales, así como «las sanciones antirrusas que ellos impusieron», consignó la agencia de noticias Sputnik.
Para «reducir las tensiones en el mercado mundial de alimentos», precisó Moscú, es imprescindible «aumentar el suministro de fertilizantes y productos agrícolas rusos», para lo cual el Kremlin exige suspender las sanciones impuestas por los aliados de Kiev.
Por otra parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó hoy que el G7 trabaja «para reanudar las exportaciones de granos desde Ucrania», para lo que es «imperativo que Rusia relaje su bloqueo y permita vías de navegación seguras», luego de conversar con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
«Los líderes hablaron sobre el despreciable bloqueo de Putin a Odesa, el mayor puerto marítimo de Ucrania. Johnson expuso a Zelenski el intenso trabajo que se está llevando a cabo con los socios internacionales para encontrar la manera de reanudar la exportación de grano desde Ucrania para evitar una crisis alimentaria mundial», agregó un comunicado emitido por Londres y reproducido por la agencia de noticias AFP.
En ese sentido, el premier británico dijo que su país «trabajará con los socios del G7 para impulsar un progreso urgente» y añadió que los dirigentes acordaron «la imperiosa necesidad de que Rusia relaje su bloqueo y permita el uso de vías marítimas seguras».
Zelenski, por su parte, escribió en un tuit que habló con Johnson sobre “fortalecer la defensa de Ucrania, intensificar el trabajo sobre las garantías de seguridad y suministrar combustible a Ucrania”. «Debemos trabajar juntos para prevenir una crisis alimentaria y desbloquear los puertos de Ucrania”, agregó el mandatario ucraniano.
Un puerto que se reactivó hoy es el de Mariupol, pero esa ciudad está controlada completamente por Rusia desde que el 20 de mayo sus fuerzas ingresaron a la acería Azovstal, una planta que fue el último bastión de resistencia en la ciudad hasta que los soldados ucranianos refugiados allí depusieron las armas y se entregaron.
Un navío de carga ingresó hoy al estuario por primera vez desde que Moscú tomó la localidad con el objetivo de trasladar metal, en una maniobra que Ucrania calificó como «saqueo».
El barco cargará 2.700 toneladas de metal con destino a la localidad rusa de Rostov del Don, a la que se espera que llegue el próximo lunes, informó la agencia de noticias TASS.
«Continúan los saqueos en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania», expresó la defensora de los Derechos Humanos de Ucrania, Liudmila Denisova, y añadió: «Tras el robo de grano ucraniano, los ocupantes recurrieron a la exportación de productos metálicos de Mariupol».
Ayer, la siderúrgica más grande de Ucrania, Metinvest, había alertado sobre la posibilidad de que Rusia pudiera usar varios barcos en Mariupol para «robar y hacer contrabando con productos metalúrgicos» pertenecientes al grupo.
En el terreno, el ejército ruso confirmó hoy que controla Liman, una localidad clave para avanzar hacia grandes ciudades del este de Ucrania, zona donde se concentran actualmente gran parte de los combates tras el repliegue de la ofensiva del Kremlin sobre Kiev y Jarkov.
La ciudad es un importante nudo ferroviario al noreste de Slaviansk, tomada brevemente por los separatistas prorrusos en 2014, y de Kramatorsk, la capital de la región de Donetsk, que está bajo control de Ucrania.
La conquista de la localidad permitiría a las tropas rusas despejar el último obstáculo para avanzar hacia las ciudades de Slaviansk y Kramatorsk, en una maniobra para rodear Severodonetsk y Lysychansk, más hacia el este.
Reino Unido, que hace un seguimiento de la situación en Ucrania por fuentes de inteligencia, había advertido previamente que si Rusia controlaba Liman supondría una «ventaja en una posible siguiente fase de la ofensiva en el Donbass», la región del este de Ucrania de una mayoría rusoparlante.
«La situación en el Donbass es muy, muy difícil», reconoció ayer Zelenski. «Protegemos nuestra tierra y hacemos todo por reforzar» la defensa de esta región, aseguró.
Mientras tanto y en una demostración de su poderío militar, el ejército ruso anunció hoy que había realizado con éxito un nuevo disparo de misil de crucero hipersónico Zircon, desde la fragata «Amiral Gorshkov», en el mar de Barents, hacia un objetivo situado a 1.000 kilómetros, en aguas del mar Blanco, en el Ártico.
Mañana se cumplen dos meses de la última ronda de conversaciones presenciales entre los delegados de Ucrania y Rusia y desde entonces la vía diplomática para poner fin al conflicto está paralizada.
Durante la conversación telefónica con sus pares de Francia y Alemania, Putin confirmó que Rusia está «abierta a una reanudación del diálogo» con Kiev para poner fin al conflicto.
Macron y Scholz «insistieron en un cese el fuego inmediato y una retirada de las tropas rusas», indicó un comunicado emitido por el gobierno alemán.
Ambos líderes «instaron al presidente ruso a negociaciones directas y serias con el presidente ucraniano y a una solución diplomática del conflicto», además de exigir que Moscú libere a 2.500 combatientes prisioneros tras la toma de la acería Azovstal.
De todas formas, el jefe del equipo negociador de Ucrana, Mijail Podoliak, excluyó hoy la posibilidad de lograr la paz a través del diálogo, al afirmar que un acuerdo con Rusia «no valdría ni un centavo» y asegurar que su país «no tiene otra opción que luchar hasta un final victorioso».