Varios miles de personas se manifestaron ayer en el centro de Madrid para exigir la disolución de la OTAN y reclamar la paz, a dos días de la apertura de la cumbre de la Alianza Atlántica que se desarrollará en la capital española y que se centrará en la búsqueda de estrategias para respaldar a Ucrania frente a la invasión de Rusia.
En efecto, tras el cierre de la cumbre del G7 en Alemania, gran parte de los líderes se trasladarán a Madrid para participar de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN, que tendrá lugar el 29 y 30 junio. Uno de los puntos salientes de la cita girará alrededor de la forma en que la alianza puede seguir apoyando militarmente a Ucrania, especialmente mediante el envío de armamento para frenar los progresos rusos en la región del Donbass, en el este ucraniano, que se encuentra a punto de caer.
Pero a mediano plazo, en realidad, la cumbre servirá para establecer un nuevo “concepto estratégico”, un documento en el que la OTAN redefinirá sus lineamientos ante los cambios en la seguridad global, que será actualizado por primera vez desde 2010 ante la invasión rusa y la influencia de China, tanto en el Indo-Pacífico como a nivel global.