La Unión Europea (UE) decidió ayer prorrogar por seis meses todas las sanciones económicas que pesan sobre Rusia por la invasión a Ucrania, al tiempo que propuso un plan de 20.000 millones de euros para asistir a Kiev militarmente durante los próximos cuatro años.
La decisión de mantener las sanciones a Rusia representan una desconexión comercial con el país y, en el caso de sectores como el energético, un giro a la política de Europa.
Desde febrero de 2022, la UE aplicó a Moscú el mayor paquete de sanciones de su historia, que incluye restricciones al comercio, las finanzas, la tecnología y los bienes de doble uso, la industria, el transporte y los artículos de lujo.
Tras aprobar 11 rondas de sanciones, los 27 miembros del bloque también aplicaron un veto a la importación y transferencia de crudo transportado por mar.
Por otro lado, Rusia atacó ayer nuevamente a los puertos de Ucrania en el mar Negro, incluyendo la importante terminal de Odesa, en la tercera noche de bombardeos desde que Moscú se retirara del acuerdo para la exportación de granos ucranianos bloqueados por la guerra.
Como respuesta, Ucrania informó que desde hoy considerará a todo buque que navegue el mar Negro hacia puertos rusos o territorios ocupados como un potencial “barco militar”, tras una decisión similar de Moscú con los navíos con destino a puertos ucranianos.