América Latina se encuentra afrontando una nueva ola de contagios masiva de coronavirus a causa de la rápida propagación de la nueva variante Ómicrom. Frente a esta situación, las autoridades de los países buscan alternativas más blandas que las restricciones y cuarentenas, tomadas en el pasado.
Un dato que da cuenta del panorama actual en la región es que en América Latina y el Caribe, el promedio de nuevos casos de la semana pasada fue de 304.000, casi el doble de lo que se reportó en la ola anterior (155.000). Si bien los fallecimientos son menores a las olas anteriores, estos números han sacudido especialmente a los sistemas sanitarios de algunos países. En Brasil, diez estados han encendido la alarma por la ocupación de camas de terapia intensiva (UTI). Por su parte, en Perú, el jueves pasado alertaron que el 72% de las camas pediátricas UTI se encontraban ocupadas.
Además la masividad de los contagios presenta nuevos desafíos, como las crecientes dificultades para acceder a los test ante la gran demanda. México ha sido testigo de esta avalancha de contagios: en los últimos 14 días, 220.000 mexicanos dieron positivo de Covid -incluido su presidente, Andrés Manuel López Obrador- lo que ha significado que se formen largas filas de enfermos que rodearon los centros de salud donde se ofrecen las pruebas de forma gratuita.
Los gobiernos siguen concentrados en la política de vacunación como la principal herramienta contra la pandemia. En la actualidad los países se concentran en propiciar dosis de refuerzo, un ejemplo de ello es Chile que autorizó la aplicación de una cuarta inoculación para los mayores de 12 años que sean inmunocomprometidos. Aunque también las campañas apuntan hacia los no vacunados, con la imposición de los carnets sanitarios para ingresar a lugares públicos, una política que diverge en su aplicación pero que se generaliza en la región. En este sentido, a partir del jueves pasado en Colombia, las empresas que tengan trabajadores con exposición al público deberán exigirles a sus empleados contar con el esquema de vacunación completo.
Bolivia es otro país que implementó el pase sanitario para espacios públicos, pero debió suspenderlo temporariamente luego de que los centros de vacunación colapsaran por la demanda. Además, los países enfrentan serios problemas de ausentismo laboral generados por los altos niveles de infección. Por ello, Colombia, Perú, Uruguay y Argentina, entre otros, han reducido los días de aislamiento para infectados y contactos estrechos.