Pese a los primeros diagnósticos, que preveían un conflicto corto, la guerra en Ucrania mañana cumplirá seis meses desde su inicio con miles de personas muertas, el desplazamiento de millones y un impacto negativo tanto en la economía de los países involucrados como en el continente europeo y otras partes del mundo.
Al momento, Rusia sigue avanzando. El pasado domingo el Ministerio de Defensa aseguró que sus fuerzas navales destruyeron un depósito con misiles estadounidenses HIMARS y armamento antiaéreo occidental en la región de Odesa, en el sur de Ucrania. El ataque fue efectuado con cohetes Kalibr de emplazamiento marítimo, declaró el portavoz de la cartera, el general Igor Konashenkov, pero no precisó desde dónde fueron lanzados los misiles.
A su vez, en la víspera el Gobierno de Ucrania presentó el primer balance oficial desde abril sobre la cantidad de bajas mortales en sus fuerzas. En seis meses murieron 9.000 soldados.
Por otra parte, sobre las víctimas civiles, Unicef informó que cerca de 1.000 niños perdieron la vida o fueron heridos durante la guerra. Para Unicef “el número real es mucho mayor”. El Alto Comisionado de Naciones Unidas alertó que más de 5,65 millones de personas huyeron de Ucrania. Este desplazamiento excepcional provocó una crisis humanitaria en la región que se está convirtiendo en una “crisis de trata de personas”.