Tres misiles rusos golpearon ayer una zona céntrica de la ciudad norteña ucraniana de Chernígov y alcanzaron un edificio de departamentos de ocho plantas, donde murieron por lo menos 17 personas, informaron las autoridades en su último balance, en un ataque por el que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, apuntó a Occidente por la falta de envío de armamento. Por lo menos 78 personas resultaron heridas, incluidos dos chicos, según declaró en Telegram su alcalde, Oleksandr Lomako.
Tras el ataque, el presidente estadounidense, Joe Biden, instó al Congreso a aprobar un nuevo paquete de ayuda militar para sus aliados Ucrania e Israel, que viven un momento “crucial” en sus respectivos conflictos con Rusia e Irán.
“Aunque ambos son capaces de defender su propia soberanía, dependen de la asistencia de Estados Unidos, inclusive en armamento, para hacerlo. Y este es un momento crucial”, afirmó Biden.
En tanto, Zelenski afirmó que “esto no habría ocurrido si Ucrania hubiera recibido suficiente equipamiento antiaéreo y si la determinación del mundo para hacer frente al terror ruso también fuera suficiente”.