El papa Francisco salió a pedir ayer una “solución pacífica” para “las tensiones sociales” en Perú, luego de una semana de gran crispación política en la nación latinoamericana que terminó con una moción del Congreso que exhorta a renunciar al presidente izquierdista Pedro Castillo.
“Estoy cercano al querido pueblo de Perú, que atraviesa difíciles momentos de tensiones sociales”, planteó el papa tras celebrar la misa del Domingo de Ramos en la Plaza San Pedro; donde afirmó que “animo a todas las partes a encontrar lo más rápido posible una solución pacífica para el bien del país”.
El jueves a la noche, el Congreso de Perú dominado por la oposición aprobó una moción no vinculante que exhorta a renunciar a Castillo, en medio de una semana de gran crispación política y tensiones por las protestas por las alzas de precios.