Apenas unos días después de que Estados Unidos y otros aliados europeos concedieran permiso a Ucrania para disparar armas de su fabricación contra territorio ruso, Kiev atacó una instalación militar sobre la frontera con un sistema de artillería de fabricación estadounidense.
Yehor Chernev, vicepresidente de la comisión de seguridad nacional, declaró ayer que las fuerzas ucranianas habían destruido lanzamisiles rusos con un ataque en la región de Belgorod, a unos 30 kilómetros dentro de Rusia.
Las fuerzas ucranianas utilizaron un sistema de cohetes de artillería de alta movilidad, dijo. Era la primera vez que un funcionario ucraniano reconoce públicamente que Ucrania usó armas estadounidenses para disparar contra Rusia desde que el presidente Joe Biden levantó la prohibición de tales ataques para defender la región de Kharkiv, bajo constante asedio ruso.
Durante meses, la prohibición se había mantenido como una “línea roja“ que la administración Biden no cruzaría debido a la preocupación por el aumento de las tensiones con una nación con armas nucleares. Al conceder el permiso la semana pasada, Estados Unidos impuso limitaciones, al remarcar que las armas sólo podían utilizarse en territorio ruso cerca del nordeste de Ucrania y con fines defensivos.
Rusia advirtió repetidamente a los aliados occidentales de Ucrania de que permitir ataques dentro de Rusia acarrearía graves consecuencias. “Nos gustaría advertir a los funcionarios estadounidenses contra los errores de cálculo que pueden tener consecuencias fatales”, dijo el lunes el viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, según la agencia de noticias Interfax.
“Por algunas razones poco claras, subestiman la gravedad de la respuesta que pueden obtener”. Rusia no especificó cuáles serían esas consecuencias, aunque su presidente, Vladimir Putin, lanzó la semana pasada una amenaza velada contra los pequeños países europeos, al señalar que están “muy densamente poblados”.