El Presidente de la Nación, Mauricio Macri cumplió 60 años. El hecho no tiene demasiada importancia para las y los argentinos de a pie. Sin embargo, la obcecada intención del oficialismo nacional de sacar rédito político a todo, quiso convertir un simple cumpleaños en una noticia nacional.
En ese marco, el Presidente Macri dio una entrevista exclusiva a Alejandro Rozitchner. El entrevistador es, vale la pena destacarlo, el “filósofo del macrismo”. Rozitchner es asesor presidencial y autor de frases como esta: “Me preocupa que el país no esté a la altura de las decisiones de Mauricio Macri”, entre otras tantas.
Las reflexiones del Presidente durante la entrevista con su filósofo de cabecera, fueron reproducidos por los medios de comunicación adictos al gobierno con fotos junto a su esposa, Juliana Awada, y a su hija, Antonia. En el marco de la campaña por su reelección, tal vez, trataron de mostrar una imagen simpática.
En la entrevista, Macri hizo algunas consideraciones de diván. Entre otras, dijo: «No me siento de 60. No me siento como pensé que se sentiría llegar a los 60. Estoy cuestionándome un montón de cosas. No sé cuál, si esto es un problema o algo positivo no querer asumir que uno tiene 60. Es confuso, cosa que no me pasó a los 50″.
Llama la atención que la persona llamada a liderar el cambio en Argentina, el primer presidente elegido por el pueblo que no es peronista ni radical, tenga este conjunto de complejos sobre su edad, el sentido y alcance de su vida. Son temas que, seguramente, debe tratar con su psicólogo.
Todas las personas tienen problemas que resolver, cada uno de nosotros tiene los propios. El Presidente no debe ser la excepción a la regla. Sin embargo, es llamativo que comparta estas confusiones en público. Mucho más llamativo es que ese sea un medio para ganarse la simpatía de sus gobernados.
La entrevista tuvo sus momentos críticos. Por ejemplo, el recuerdo de su padre, actualmente enfermo. Según las revelaciones del Presidente, don Franco está postrado e inconsciente desde hace más de un año. Recordemos que no pudo declarar ante el Juez Bonadio como acusado por pagar sobornos durante el kirchnerismo.
Macri confesó que hace un año no tiene trato consciente con su padre y agregó algo estremecedor. Su padre le pidió que lo sacara de esa situación, que lo ayudara a morir. Más allá de cualquier especulación electoralista, es difícil entender por qué alguien como el Presidente, ventila eso con motivo de su cumpleaños.
Confundido pero optimista
En la semana, el Presidente hizo referencia al tema que, en serio, preocupa a la gente. Al respecto dijo: “La inflación se combate no gastando más de lo que uno tiene. Eso nos ha costado muchísimo, la Argentina arrastra este problema hace décadas. Nos ha costado más de lo que imaginé. En esto tal vez fui demasiado optimista”.
En campaña, Macri dijo que la inflación no sería un problema. Luego, sostuvo que terminar con la inflación era lo más fácil del mundo y, al cumplir 100 días de gestión, sostuvo: “Si la inflación no baja es culpa mía, no le voy a echar la culpa a nadie”. Así es y ni siquiera la flagrante corrupción kirchnerista puede taparlo.
Ahora, el mismo Presidente al que le cuesta asumir que tiene 60 años de edad, nos dice que controlar la inflación le está costando más de lo que había imaginado y que fue demasiado optimista. Se puede entender que esté confundido por su cumpleaños, pero semejante explicación es indigna de sus responsabilidades.
Muy probablemente, Alejandro Rozitchner no se lo diga ni lo ayude a entenderlo o disimularlo. Pero los problemas económicos de un país se solucionan con políticas públicas. Se trata de analizar y evaluar, no de tener más o menos imaginación. Se trata de planificar y gestionar, no de tener más o menos optimismo.
Cuando la “imaginación” suple al análisis y la evaluación, estamos frente a un mal gobierno. Cuando el “optimismo” suple la planificación y gestión, estamos frente a un gobierno malo. Es el caso de la gestión presidencial de Mauricio Macri, el flamante sexagenario que dirige el país en nombre del cambio.
El fracaso económico de Cambiemos no se debe a la falta de imaginación o de optimismo de su líder o sus allegados. El fracaso económico de Cambiemos, público y notorio, se debe a la falta de sensibilidad y efectividad a la hora de analizar, planificar, gestionar y evaluar políticas públicas de crecimiento.
Según el Presidente, tenemos que seguir trabajando juntos, “no buscar más el atajo, la mentira, la estafa, que nos ha llevado a tener una clase media muy golpeada”. Obviamente, tiene toda la razón del mundo. Pues bien, se lo debe inspirar a su gabinete, porque no es eso lo que están haciendo sus ministros.
Macri cumple años, como todos los seres humanos. Como Presidente, sería bueno que, además, cumpla sus promesas electorales, entre ellas, controlar la inflación. Esperemos que, mientras aclara sus confusiones sobre la edad que no quiere aceptar, vaya solucionando los problemas que, en serio, preocupan a la gente.