No quedan dudas de que el advenimiento del Covid tuvo impacto no sólo en nuestras vidas, sino en las distintas esferas, laborales, educativas, e industriales, entre otras. La pandemia emergió el debate sobre la manera en la que nos desenvolvíamos laboralmente, y también en las distintas formas del comportamiento del mercado.
Desde el lado educativo/profesional podemos afirmar que la coyuntura actual evidenció el valor de las carreras que combinan temáticas que en algún momento parecían separadas y que actualmente, ante realidades tan complejas como holísticas, demuestran ser complementarias. Esto no surgió de la noche a la mañana, se potenció en conjunto con el proceso de transformación digital que estamos contemplando en los últimos años. Y en este escenario, la base de los trabajos del futuro se observa en las profesiones que convergen negocios y tecnología.
Las organizaciones aumentan constantemente su capacidad de generar y almacenar datos (el registro digital de sus actividades de negocio), y comprender lo que esos datos significan en el contexto del negocio que los generó es una cualidad que va camino a convertirse en indispensable.
Por otra parte, estos escenarios complejos también requieren de profesionales que perciban el enorme impacto y beneficio que aporta la utilización de tecnología en el desarrollo de modelos de negocio innovadores y ágiles.
Porque, en definitiva, hoy es imposible imaginar una transacción comercial sin respaldo tecnológico: todo lo contrario, quienes pudieron sobrellevar comercialmente esta pandemia lo lograron por adentrarse a plataformas y modalidades digitales, capaces no sólo de reemplazar el modelo presencial del negocio, sino de potenciarlo.
Es por eso que, en paralelo, las instituciones educativas tienen que colaborar en el desarrollo de profesionales preparados para responder ante este tipo de demandas dinámicas. Un ejemplo es el ITBA, que en 2017 se convirtió en la primera universidad argentina en crear la Licenciatura en Analítica Empresarial y Social, que no sólo forma graduados que toman decisiones en empresas, sino perfiles que también pueden interpretar y capitalizar las oportunidades de ONG, entes gubernamentales y emprendimientos.
Años antes, esta universidad había lanzado la Licenciatura en Administración y Sistemas, carrera que forma profesionales expertos en gestión y con amplio conocimiento en comercio exterior, finanzas, blockchain, marketing digital, inteligencia artificial, IOT, monedas descentralizadas; lo que les otorga las herramientas para generar nuevas oportunidades de negocio.
No hay que dejar fuera del análisis a las carreras tecnológicas relacionadas con las ciencias de la vida, que tan esenciales han sido en estos últimos dos años.
Lo mismo puede decirse con las ingenierías, que tienen una mirada cada vez más social y cercana. Su rol y su crecimiento será fundamental para minimizar la multiplicación de este tipo de situaciones de acá en adelante.
Claramente la situación que estamos viviendo va a ir mutando en algunos sentidos. Las vacunas minimizarán el impacto del SARS-CoV-2 y de sus respectivas variantes, pero el mundo y sus interacciones no volverán a la «vieja normalidad». La transformación digital vino para quedarse, y las organizaciones deberán capitalizar las nuevas herramientas para su desarrollo. Y también la aparición de nuevos perfiles profesionales que puedan colaborar para este fin.
Decano de la Escuela de Gestión del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA)