El «Pacto de Mayo» propuesto por el presidente Javier Milei aparece por ahora como una propuesta cerrada y con moño, que deja dudas sobre la flexibilidad que podrá mostrar el jefe de Estado para aceptar incluir otros aspectos que propongan los gobernadores o la oposición.
En general, cayó bien la convocatoria a la oposición para rubricar ese acuerdo fundacional, pero surgen dudas a la hora de evaluar qué tan permeable podrá ser Milei a aceptar otros temas en el Pacto. Las primeras reacciones desde el kirchnerismo duro no son auspiciosas: José Mayans, jefe del bloque de senadores K, le restó relevancia a la iniciativa: «Es un homenaje a su perro que va a hacer en Córdoba», disparó el formoseño, uno de los que mejor interpreta la posición del kirchnerismo en el Congreso. Es que Milei había señalado que una de las razones para elegir Córdoba era que Conan, su perro que murió hace años y luego clonó para tener «hijitos de cuatro patas», era justamente de esa provincia. Además, el senador dijo que considera inviable la iniciativa libertaria si no se produce un cambio en la relación con las provincias. «El discurso fue lamentable. Una falta de respeto, acusa a todo el mundo, a los periodistas ensobrados, a políticos corruptos, a la Justicia, a los legisladores, nos insulta de arriba abajo», se quejó Mayans.
Entre las propuestas que Milei busca incluir en el Pacto figuran la inembargabilidad de la propiedad, equilibrio fiscal innegociable, limitar el gasto público a 25% del PBI; una reforma tributaria para reducir la presión impositiva, otra laboral para favorecer el trabajo formal; discutir la coparticipación; reforma previsional para posibilitar la jubilación privada; una reforma política; un compromiso con las provincias para avanzar en la explotación de los recursos naturales y la apertura al comercio internacional. La oposición, en tanto, pretendería avanzar con una definición clara sobre la necesidad de que el Estado contribuya a garantizar la justicia social, un concepto que Milei detesta.
Tampoco existe acuerdo en que la lucha contra el déficit fiscal es la madre de todas las batallas, como impulsa Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Además, la oposición cuestiona que el ajuste lo están pagando los sectores medios y los jubilados y pensionados, a través de la licuación de sus ingresos.
Una duda es cómo seguirá el ajuste fiscal, ya que según el cálculo del instituto IARAF, la recaudación tributaria nacional del primer bimestre habría disminuido un 7% interanual real. Las dudas en torno a la sostenibilidad del ajuste en las cuentas públicas se mantendrá teniendo en cuenta que el poder de esmerilar el gasto público de la licuación va perdiendo fuerza.
Con sus 10 puntos del Pacto de Mayo, Milei intenta construir un puente político para transitar lo que consideró el período más difícil del ajuste. Entre marzo y mayo, el Gobierno deberá demostrar que puede bajar la inflación mensual a un dígito, a la vez que presentarle a los exportadores un tipo de cambio real interesante para que liquiden el maíz y la soja. Teniendo en cuenta, además, que la tonelada de soja cotiza levemente por encima de los US$ 400, cuando hace un año estaba arriba de los US$ 500. El dólar quieto le ayudaría a tranquilizar el índice del costo de vida, pero no a alentar las exportaciones.
Además, surge una restricción importante para la recuperación de la economía a corto plazo, que se fue gestando desde hace tiempo, y está dada por la creciente exposición de la cartera de los bancos al sector público. Con las carteras de los bancos llenas de bonos del Estado (Leliqs, pases, letras con puts del Central, letras del Tesoro) es difícil pensar en un salto en el nivel de actividad en forma de «V» (toca un piso y sale rápido para arriba). De la comparación regional surge que mientras que en la Argentina los préstamos al sector privado representan 6% del PBI, en Uruguay llegan al 26% y en Chile y Brasil al 83% y 72% respectivamente.
Gita Gopinath, la subdirectora gerente del FMI que visitó la Argentina y se reunió con el presidente Milei y el ministro Luis Caputo, destacó el progreso inicial del Gobierno en restaurar la estabilidad macroeconómica, pero sugirió «proceder de forma pragmática para asegurar apoyo social y político, lo que es fundamental para garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas». Probablemente el Presidente y el ministro le podrían contestar con la suba de los bonos en dólares (de US$ 25 saltaron a US$ 45 en cuestión de semanas, o con la baja del dólar blue que, de la mano de una potente escasez de pesos, está en $1.010, cuando en enero había tocado $1.255.
Milei tiene menos de tres meses para convencer a la oposición y a muchos gobernadores del PRO de que su Pacto de Mayo es factible. La mejora de las principales variables económicas y la instalación de un discurso menos agresivo que considera «casta» a todos lo que no piensan como él, parece que jugará un rol central en poder acercar posiciones. La duda es si el temperamento presidencial podrá hacer lugar a tender puentes de diálogo sin dinamitarlos con su verba permanentemente incendiaria.