En Missing Children Argentina siempre mencionamos la doble cara de las redes: lo productivas que resultan y los perjuicios que, a su vez, provocan.
En nuestra experiencia, el uso de las redes (Facebook, Instagram, X) ha sido altamente positivo en cuanto a la inmediatez y la posibilidad de multiplicar la difusión de las búsquedas. Esto sin duda deviene en una mayor celeridad en las resoluciones.
Nos consta que a través de esas difusiones se logra un compromiso del público en general, que comparte las imágenes de inmediato: miles de usuarios de redes las reciben simultáneamente y a su vez ayudan a propagarlas a nivel nacional e internacional.
Además, la mayoría de nuestras campañas masivas se desarrollan a través de redes y del aporte solidario de agencias e influencers, quienes no dudan en brindar su apoyo desinteresado, motivados porque el tema conmueve. Esa, en definitiva, es la función de estas campañas: la toma de conciencia de la comunidad acerca de esta problemática y la responsabilidad que nos atañe a todos para poder resolverla. Aquí también el rol de las redes es invalorable.
Durante 2023 hemos logrado, también a través de redes, activar el programa de Reconocimiento Facial, con Google. Desde mediados de año difundimos un álbum con las fotos de chicos perdidos que los usuarios pueden compartir cliqueando en los links de nuestras bios. Una herramienta más que permite encontrar coincidencias, dentro y fuera del país.
Por otro lado, somos conscientes de los peligros que conlleva el uso de redes, fundamentalmente para niños y adolescentes. Entre nuestros buscados, muchos son víctimas de ‘grooming’ y de otros delitos cibernéticos. Los chicos logran contacto con extraños y caen en situaciones no deseadas, y en ocasiones con final trágico.
También preocupa la difusión de casos falsos o de chicos que hace tiempo ya fueron encontrados. Por eso insistimos en que se compartan las fotos desde nuestros links, porque si el niño es encontrado, en nuestra página la foto desaparece y es reemplazada por una bandera verde. Esto tiene que ver con la necesidad de preservar su intimidad: publicamos para encontrarlos, pero eliminamos la imagen de inmediato cuando aparece. Si la publicación no es de Missing Children, nos parece imprescindible verificar que el niño sigue en búsqueda antes de compartirla.
Otro aspecto negativo que observamos es la violencia de los comentarios en algunos posteos, de quienes, amparados en el anonimato, desacreditan búsquedas, niños, familiares e incluso la tarea de buscarlos.
Evidentemente, contar con los beneficios de las redes supera ampliamente los riesgos que ellas mismas suponen.
*Presidenta de la ONG Missing Children Argentina