La falta de una reacción acorde por parte del gobierno nacional frente al brote de hantavirus que se desencadenó en la localidad chubutense de Epuyén repercutió en las redes sociales durante el fin de semana. Las críticas se multiplicaron el sábado pasado, tras la muerte de una mujer chilena que estuvo en contacto con afectados por el virus. De este modo, ya son diez las personas que murieron tras la aparición del brote.
Cabe recordar que el viernes pasado, el secretario de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, confirmó la existencia de 26 casos activos. A este número se le sumó en las últimas horas uno más, registrado en la ciudad rionegrina de Bariloche. La única respuesta que partió del Gobierno fue, de hecho, una sugerencia. Rubinstein recomendó no viajar a Epuyén ni a los lugares que la rodean. De esta manera, resultaría desacertado desvincular la aparición del virus con la degradación del ex Ministerio de Salud (hoy Secretaría) que concretó el presidente Mauricio Macri, con la intención de “ahorrar” en gastos. La Municipalidad de la localidad, en tanto, puso en marcha un protocolo por cuarenta días para evitar que se propague el brote.
El instructivo establece, entre los puntos, que los vecinos no concurran a espacios de reunión ni se saluden con un beso. El hantavirus es una enfermedad viral grave causada por el virus hanta que ataca los pulmones. Lo transmiten los ratones silvestres que eliminan el virus a través de la saliva y sus desechos. Cuando se secan, el polvo del lugar lo transporta por el aire, momento en el que se produce el contagio. También se trasmite por mordedura, al tocar roedores infectados vivos o muertos o entre personas, mientras los síntomas duren.