«¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos estado ahí? si no hubiéramos hecho nada? Creo que hubiera sido mucho peor. Para mí no hay dudas al respecto», dijo ayer Christine Lagarde, que ahora se apresta a presidir el Banco Central Europeo (BCE).
El año pasado el FMI otorgó un auxilio récord de 57.000 millones de dólares a Argentina a tres años, después de que el gobierno de Mauricio Macri acudió a la entidad tras una estampida cambiaria que depreció agudamente la moneda.
Sin embargo el ajuste derivado del acuerdo aceleró la subida de los precios y subió el desempleo, en un contexto de profundización de la contracción de la economía.
Ahora, Lagarde dijo en declaraciones a la prensa internacional que lamentaba que el inmenso crédito no hubiera podido sofocar la inflación del país, que según las proyecciones del gobierno cerrará 2019 en 53% tras un alza de los precios de 47,6% de 2018.
«Cuando Argentina tocó a nuestra puerta estaba en una situación particularmente difícil. Tendemos a olvidarnos de eso porque todo el mundo se centra en Argentina hoy», dijo Lagarde a AFP, aseverando que el FMI «era la única posibilidad». Incluso afirmó que «nadie estaba preparado para dar financiamiento a ese país».
«Yo fui por ahí, toqué a muchas puertas de muchos países, muchas palabras amables y apoyos gentiles, pero ninguna financiación», dijo. Para ella, «había pocas posibilidades» de éxito, pero en eso consiste el trabajo de la entidad.
Por el momento, el gobierno argentino recibió 44.000 millones de dólares del programa a tres años acordado en 2018, pero la inflación desatada y el alza de la pobreza generó descontento contra las medidas de recorte adoptadas por el gobierno.
La inestabilidad económica se acentuó luego del resultado de las elecciones primarias, donde Alberto Fernández adelantó a Macri por 15% de los votos, lo que hace que su reelección parezca improbable.
Eso llevó a semanas de volatilidad en los mercados, con otra aguda depreciación del peso que alcanzó el 20% en agosto y con pérdidas en la bolsa, en un país ya golpeado por la recesión.
«Esto no está terminado», dijo Lagarde, que reconoció la difícil situación y que destacó que el FMI sigue trabajando con el país y que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, viajará a Washington a finales de mes.